NoticiaCatequesis Día de la Catequesis: guía para el rito de envío Publicado: 09/10/2020: 10841 La Delegación de Catequesis ha elaborado un rito de envío de catequistas, adaptado a la situación de pandemia, para ser usado en la Eucaristía del día 25 de octubre. «Es muy significativo que los equipos de catequistas se vean y sientan enviados por la Iglesia, acompañados en esta tarea de acompañar a los niños, jóvenes y adultos que quieren iniciarse o madurar como cristianos, especialmente en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir», afirma el delegado. CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA CATEQUESIS ENTREGA DE LA MISIÓN A LOS CATEQUISTAS RITO DE ENVÍO (DESPUÉS DE LA HOMILÍA) Monición: Vamos a proceder ahora al rito del envío de los catequistas que este año llevarán a cabo su labor en nuestra parroquia. Es un modo de expresar que no actúan en nombre propio, sino que forman parte de la misión de la Iglesia, que en este momento podemos concretar desde dos claves fundamentales: la pandemia, que nos exige un esfuerzo añadido de adaptación para anunciar la alegría del Evangelio, y la nueva encíclica del papa Francisco, «Fratelli Tutti», que nos ensancha el corazón con el latido de la fraternidad universal, esencia de nuestro ser Iglesia. El rito consta de cuatro partes: comienza con una exhortación del presidente de la celebración; sigue la confesión de fe de los catequistas que manifiestan su entrega y disponibilidad; a continuación, se pronunciará la bendición sobre ellos para que el Señor les ayude con su fuerza y los mantenga siempre fieles; por último, harán una reverencia ante el libro del Evangelio que han de anunciar y testimoniar con la alegría del discípulo misionero. Exhortación: (Acérquense los que van a recibir la misión de catequizar) Queridos hermanos: Dios, nuestro Padre, reveló y realizó su designio de salvar el mundo por medio de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien confió a la Iglesia la misión de anunciar su Evangelio a toda la humanidad. Vosotros, catequistas, que no actuáis en nombre propio sino en nombre de la Iglesia que os envía, tenéis una misión muy importante que cumplir: ser educadores en la fe. Expondréis y explicaréis la Palabra de Dios en la catequesis y, de esta forma, con vuestro esfuerzo y la ayuda del Señor, los niños, jóvenes y adultos irán abrazando el kerygma y madurando en la fe. No olvidéis en ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesucristo e iniciarlos en la vida cristiana. Por eso, cuando anunciéis el Evangelio que atestigua lo que el Señor dijo e hizo, no olvidéis escucharlo y madurarlo primero en vuestro corazón, dóciles al Espíritu del Señor. Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y su mensaje en la comunión de la Iglesia, que es siempre el punto de referencia de la catequesis que realizaréis, porque toda ella tiende a edificarla como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Profesión de fe y compromiso: Antes de recibir la misión, es necesario que profeséis públicamente vuestra fe; que expreséis, ante la Iglesia reunida, vuestra disponibilidad a la tarea que se os encomienda. • ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y la tierra? Sí, creo. • ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? Sí, creo. • ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna? Sí, creo. • ¿Estáis dispuestos a realizar vuestra tarea viviendo la fe con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia? Sí, estoy dispuesto/a. • ¿Os preocuparéis de vuestra mejor formación y preparación y acudiréis con asiduidad a las reuniones organizadas para ello en la parroquia? Sí, lo haré. • ¿Prometéis, con la ayuda del Espíritu Santo, perseverar en la tarea a pesar de las dificultades, realizarla con diligencia según vuestra capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se os encomiendan? Sí, lo prometo. (Los catequistas se arrodillan o inclinan la cabeza para recibir la bendición) Bendición: Todos somos testigos de la fe y disponibilidad de estos hermanos y hermanas que asumen la tarea de catequizar en nuestra parroquia. Oremos para que el Señor derrame sobre ellos su luz y su gracia para que perseveren en la fe que han confesado y en las promesas que han hecho. (Todos oran en silencio) Oh Dios, fuente de toda luz y origen de todo bien, que enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, para revelar a la humanidad el misterio escondido de tu amor; bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el servicio de la catequesis: concédeles que, al meditar asiduamente tu Palabra, se dejen alcanzar y transformar por ella, y sepan anunciarla con toda fidelidad a sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. (A continuación, los catequistas van haciendo una reverencia ante el libro del Evangelio y se retiran a su sitio. Mientras, la asamblea acompaña con un canto apropiado).