Quiero aprovechar la ocasión para agradecer de parte de la Delegación de la Vida Consagrada a todos los monasterios, iglesias, parroquias carmelitas que han acogido a tantos peregrinos, que en ocasión del V Centenario de la Santa se han acercado.

Gracias también por todas las celebraciones, encuentros, eucaristías, que durante este año han ofrecido a los fieles para transmitir y compartir el tesoro de su espiritualidad, ensanchando nuestro corazón y alma de la experiencia de la oración. Pidamos a Ntro. Señor Jesucristo, “amigo verdadero”, que nos ayude a todos a crecer en su amistad, para que, como Teresa, hija de la Iglesia, y unidos a toda su familia, demos testimonio de la alegría del Evangelio en el mundo, atentos a las necesidades de la Humanidad.