Estas tres entidades de la Iglesia católica se unen para poner en marcha el Proyecto “Casa Francisco Míguez”, destinado a jóvenes en riesgo de exclusión social, que necesitan apoyo para su emancipación. Con él se pretende favorecer sus posibilidades de desarrollo integral que faciliten su inserción, incidiendo en la mejora de su empleabilidad y competencia social.

A través de este proyecto, que tiene previsto su comienzo en octubre, Cáritas Diocesana de Málaga, Fundación Proyecto Don Bosco e Hijas de la Caridad buscan ayudar a jóvenes mayores de edad a los que les es imposible el retorno a sus familias, pues, o no tienen, o estas responden a situaciones multiproblemáticas que siguen impidiendo el óptimo desarrollo del joven y la normalización de su proceso de inserción social.

Estas entidades han decidido poner en marcha esta iniciativa ante la constatación de la necesidad de un programa de inserción socio laboral para jóvenes que, tras cumplir la mayoría de edad, necesitan para su proyecto personal de vida los recursos suficientes que les permitan la plena autonomía y capacidad de emancipación. Entendiendo emancipación como la transición de una situación de protección a una de autonomía, momento en el que entran en juego el desarrollo de las diferentes competencias alcanzadas y se ponen de manifiesto las dificultades y las carencias personales.

Por eso, en este proyecto se busca la educación integral del joven, que se plasmará en diversas áreas de intervención: hábitos alimenticios, higiénicos y de salud, integración social y comunitaria, desarrollo personal y afectivo, desarrollo social, orientación formativa pre laboral y laboral, crecimiento vocacional y trascendente y, finalmente, desarrollo ético y moral.

El proyecto se realizará en un piso cedido por las Hijas de la Caridad. Cáritas Diocesana se hará cargo de los gastos correspondientes a la partida de desarrollo: necesidades básicas de los acogidos, actividades realizadas, suministros y mantenimiento. Por su parte, Fundación Proyecto Don Bosco ejecutará el proyecto y responderá a los gastos de personal.

Con este proyecto, la Iglesia católica sigue haciéndose presente entre los más vulnerables, ayudándoles y acompañándoles en su proceso vital, siguiendo las palabras del papa Francisco en su mensaje de Cuaresma de este año: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.