Para el nuevo capellán, la fiesta de la Virgen de la Merced celebrada este martes es muy especial para todo el personal que forma parte del centro penitenciario «pero fundamentalmente es la patrona de los presos, aunque también es la patrona de los funcionarios. Es un día especial en el que se les invita a tomar conciencia del significado de tener a María como patrona. La cárcel es un lugar donde faltan los sentimientos o se desbordan. El sentimiento religioso de acogida y de cercanía del Padre Dios y de la Madre María son algo mucho más fuerte que un sentimiento».  Andrés celebra la Eucaristía con los internos y les propone que reflexionen sobre la figura de la Virgen María y le pregunten a ella directamente "¿tú cómo hiciste para ser feliz aún siendo pobre y teniendo problemas tan serios como los que tuviste? ¿Cómo hiciste para decirle sí a Dios continuamente? ¿Estamos en la cárcel, qué es eso de ser esclava del Señor, si estamos hablando de luchar por la libertad? «Cuando hablas con el preso de tú a tú, todas estas cuestiones van calando en su vida?», concluye el capellán. 

La Delegación de Pastoral Penitenciaria pone a los pies de su patrona un nuevo curso, en el que continuarán impulsando los proyectos puestos en marcha en los últimos años. Es el objetivo con el que llega a la Diócesis de Málaga el sacerdote Andrés: «lo primero es continuar con el trabajo que han hecho mis compañeros, tanto en las parroquias de Palma-Palmilla, San Pío X y Jesús Obrero, como en el centro penitenciario. Y después, aportaremos alguna cosa nueva al proyecto, por ejemplo, en el tema de la prevención. Ya nos hemos reunido con el delegado de Pastoral Penitenciaria, el sacerdote Ángel Antonio Chacón y hemos hablado de estos temas. Estoy convencido de que cuesta menos tiempo, dinero y trabajo, prevenir a cincuenta personas que sacar a una que haya caído».