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"Una casa abierta al mundo", por Lorena Arranz, presidenta diocesana de Manos Unidas

Publicado: 13/12/2012: 1158

En calle Strachan nº6, la sede diocesana de Manos Unidas en Málaga es una casa abierta al mundo. En lugares como Haití, Nigeria o Camboya saben que existe y, al entrar en ella, muchos malagueños hemos descubierto que ellos también.

En realidad es un punto de encuentro de la esperanza y la solidaridad en forma de llamadas, papeles y correos electrónicos; llega aquí la durísima realidad de los pobres y de aquí la recogen voluntarios y colaboradores para ayudarles a transformarla. Por ejemplo a través de la “Operación enlace”, colegios, arciprestazgos, parroquias, clubes sociales… cada año eligen un proyecto de desarrollo para financiarlo, lo conocen y entran en contacto con la realidad del Sur, con su cultura y problemática y la difunden en su entorno. Se consigue así la doble finalidad de sostener los proyectos y educar para el desarrollo. 

Este año Málaga está sacando adelante quince de ellos y les aseguro que esto supone una oportunidad crucial para cientos de vidas, todas ellas especiales, únicas e irrepetibles, que han nacido en un mundo que olvidó que fue creado para dar cobijo a todos.

Por eso esta Solidaridad es universal y es radical, pues busca atajar el origen de los males y es una Solidaridad activa, porque el verdadero amor nace en la compasión pero se realiza en sus obras y también es una Solidaridad recíproca en la que todos recibimos y damos. Así, cada esfuerzo, es un paso humilde en la exigencia evangélica del Amor fraterno que implica una exigencia absoluta de Justicia.
 

Autor: Lorena Arranz, presidenta diocesana de Manos Unida

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