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Mujeres de altura

Publicado: 18/10/2011: 3213

Decía la beata Teresa de Calcuta que «la santidad no es el lujo de unas pocas personas, sino sencillamente una obligación para ti y para mí». La Madre Bonifacia Rodríguez y Sor María Catalina Irigoyen son dos buenos ejemplos de mujeres que se tomaron en serio buscar la santidad. La primera, canonizada este domingo 23 de octubre en Roma y la segunda que será beatificada en Madrid este sábado 29 son modelo de vida para los creyentes, son modelos de santidad.

SIERVAS DE SAN JOSÉ

Este domingo, 23 de octubre, ha sido canonizada en Roma la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, fundadora de las Siervas de San José, que nació en Salamanca el 6 de junio de 1837. En Málaga están presentes en dos comunidades, una en el colegio de Nuestra Señora del Pilar; y otra, en la barriada de Mangas Verdes. Esta congregación nació “en el humilde taller de costura de Bonifacia, creado para la promoción y evangelización de la mujer trabajadora, en un momento en que las opciones laborales para las mujeres eran muy limitadas y estaban llenas de dificultades”.  Así la presentaba el P. Ángel García en el artículo dedicado a ellas en la revista DIÓCESIS del 20 de marzo de 2011. 

La herencia que dejó esta futura santa a la Iglesia fue: el testimonio de su fiel seguimiento de Jesús en el misterio de su vida oculta en Nazaret, una vida trasparentemente evangélica y un camino de espiritualidad centrado en la santificación del trabajo y la oración, en medio de la vida cotidiana.

Nacida en Salamanca en 1837, la mayor de seis hermanos, perdió a su padre (sastre de profesión) cuando tenía 15 años. Así que no le quedó más remedio que ponerse a trabajar. Y padeció en sus carnes la discriminación que sufrían aquellas primeras mujeres que en esa época salían de su casa para ganarse el pan: horarios agotadores de sol a sol y sueldos equivalentres a la tercera o la cuarta parte de los que recibían los hombres. Aún así, y con gran esfuerzo, logró crear su propio taller de cordonería, pasamanería y otras labores.

Cuando en 1874, respaldada por el jesuita catalán Francisco Buntiyà, fundó en Salamanca la Congregación de las Siervas de San José, Bonifacia decidió que el trabajo sería unos de los pilares fundamentales de su proyecto de vida religiosa. En los talleres de la congregación las monjas  trabajaban codo con codo con mujere laicas y hacían caja común.

"Era una forma de vida religiosa demasiado innovadora para la época, y enseguida suscitó oposición entre el clero de la ciudad", destaca Victoria López. Pero es que además Bonificacia se había quedado sin su principal apoyo: a los tres meses de fundar la congregación, Francico Butinyà, director de la misma, fue desterrado de España por orden del rey Carlos II, como todos los jesuitas.

El nuevo diector de las Siervas de San José enseguida empezó a hacerle la guerra a Bonifacia. Su principal objetivo era conseguir que renunciara al estilo de los talleres para mujeres trabajadoras, pero Bonifacia no dio su brazo a torcer. Pagó cara su cabezonería: fue destituida como superiora de la comunidad y forzada a abandonar Salamanca. Pero hoy, finalmente Bonifacia, después de obrar el milagro de curar a Kasongo Bavon, un comerciante de 33 años, desahuciado en 2003 en un pequeño hospital dirigido por las Siervas de San José en Congo, se convertirá en santa.

La Eucaristía de Acción de Gracias tendrá lugar el 30 de noviembre, a las 19 horas, en la Catedral. Estará presidida por el sr. obispo.

SIERVAS DE MARÍA

Por otra parte, el próximo sábado, 29 de octubre, será beatificada en Madrid Sor María Catalina Irigoyen, Sierva de María. Nació en Pamplona, el 25 de noviembre de 1848. La comunidad de Siervas de María de Málaga, está presente en la avenida Pintor Sorolla, y fue la protagonista del artículo del P. Ángel García en esta revista, el 11 de julio de 2010. Colaboran con la diócesis, y con su parroquia, en la oración y la atención de las hermanas mayores. El lema de la vida de Sor María Catalina fue “sólo sirvo para servir”. Sirvió de apoyo para cuantos sufrían y su vida siempre estuvo sostenida por un amor sin medida a la Eucaristía, ante la que pasaba largas horas en adoración.   Sor María Catalina Irigoyen es Sierva de María y será beatificada en Madrid, el 29 de octubre. La Eucaristía de Acción de Gracias tendrá lugar el 5 de noviembre, a las 19 horas, en la parroquia San Miguel, en Paseo de Miramar. Estará presidida por el Sr. Obispo.

Ambas congregaciones están de enhorabuena por estas dos mujeres de altura, que supieron ver a Dios en los más necesitados y dedicarse a ellos. 


Autor: diocesismalaga.es

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