NoticiaSeglares La Pastoral del Sordo Publicado: 30/01/2017: 6390 FIRMAS. Salvador Jurado, sacerdote responsable de la Pastoral del Sordo La Pastoral del Sordo en la Diócesis está enmarcada dentro de la Pastoral de la Salud. En Málaga llevamos cinco años trabajando y estamos coordinados a nivel nacional con los responsables de la Pastoral del Sordo. Todos los veranos tenemos un encuentro de todas las personas implicadas a nivel nacional. Nos reunimos entre 150 y 200 personas. Hemos estado en Castellón, Barcelona, Madrid, Santander... y en el año 2018, si Dios quiere, tendrá lugar en Málaga. En Málaga, la Pastoral del Sordo es una realidad que está creciendo.En la actualidad, el grupo no llega a 10 personas, aunque en determinados acontecimientos se reúnen muchos más. El colegio de La Purísima, de las Franciscanas de la Inmaculada, suele ser nuestro punto de encuentro. El ambiente es muy positivo. Normalmente, los terceros sábados de mes nos reunimos para celebrar la Eucaristía. Dependiendo del día, comenzamos entre las 18.30 y las 19.00 horas en la capilla. Las religiosas están prestando un servicio muy bonito abriendo su casa. Una de ellas, Sor Lucía, es la que nos traduce. ¿Y cómo es la fe de los sordos? Tenemos lo que hemos sembrado. Han sido muchos años los que las personas sordas han ido a la iglesia sin enterarse de nada. Pensamos que, porque saben leer, tienen que entenderlo todo, pero hay cosas que parecen de perogrullo y que muchos no entienden. Por eso, un rato antes de la Eucaristía nos vemos con ellos para preparar las lecturas. Hay que hacer mucho acompañamiento. Entre las personas que acompañamos, vemos una fe muy de la mirada, muy tradicional, les gustan mucho las procesiones... Tienen muy marcada la idea de pecado porque tienen la necesidad de tener algo como muy seguro y claro. Luego, la fe se va dinamizando, se va abriendo al Espíritu y se hace mucho más personal. Tanto que es una alegría ver el interés que tienen, las preguntas que hacen... Y si hay que destacar algo de ellos es que son muy solidarios. Es una pastoral que requiere mucha entrega y mucho trabajo de campo. Acercarse a ellos, saludarles, interesarse por su situación, porque suelen cerrarse mucho en sí mismos. Una pastoral que no es solo sacramental, sino de vida.