Impecable. Así es como ha sido el desarrollo del II Congreso de la Fundación malagueña en cuya organización han trabajado de forma incansable casi un centenar de personas. Su objetivo era parar y revisarse y así lo han hecho. Ahora se centran en las conclusiones que le permitirán mejorar como institución educativa. Unas conclusiones que han ido surgiendo durante su celebración, entre los días 15 y 18 de mayo, y que han fluido desde su lección inaugural, que tenía lugar en el Teatro Cervantes de la mano de Francisco José González, su secretario técnico, que destacaba la necesidad de “seguir mejorando porque estamos en un mundo en construcción”.

Su apertura contó con la presencia del obispo de Málaga y presidente de la Fundación, D. Jesús Catalá, que considera a la Fundación “una oferta importante y necesaria”, así como con la del vicario general de la Diócesis, Alfonso Fernández-Casamayor, el vicepresidente de la institución, José Sánchez, y el apoyo de autoridades como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. Durante su celebración se han tratado cuestiones como el papel de los padres y el profesorado en la educación, de la mano de la profesora de la Universidad Camilo José Cela, Olga Casanova, y su ponencia “Comunidades educativas que aprenden”. Casanova, que defiende la educación católica entre otras cosas “por su capacidad de organización”, dejó clara la necesidad de que “equipos directivos, profesores y padres deben tener un proyecto en común”. Por su parte, otra de las ponentes, la directora titular del colegio Montserrat de Barcelona, la hermana Montserrat del Pozo, que habló sobre “Profesores para el cambio y la innovación”, resaltó que hay que tener en cuenta “la voz del alumno y tenemos que ayudar a que esa voz sea verdadera”.

La revisión de la “Identidad de la escuela católica” también se hacía presente en el congreso a través de la voz del cardenal Cañizares, el también prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, resaltaba que se trata de una identidad “que está basada en la educación, la humanización y siendo siempre testigo de la evangelización de Cristo”, a lo que añadía que “ahora se enfrenta al reto de mantenerse”. Así lo aseguraba en la clausura del acto, que tenía lugar en el auditorio de la Diputación, ante la presencia del nuncio del Papa, Mons. Renzo Fratini.

Precisamente Mons. Renzo Fratini puso el punto final al congreso al presidir una Eucaristía en la Catedral de Málaga, concelebrada por D. Jesús Catalá, a la que asistieron unas 900 personas, y en la que el nuncio del Papa en España hacía un llamamiento a “ofrecer a los jóvenes los valores absolutos del Evangelio a través de la educación”.