Para Mons. Renzo Fratini, la institución educativa “es un precioso instrumento al servicio de la evangelización con conciencia de servicio a la sociedad”, a lo que ha añadido que, “con su perspectiva antropológica cristiana hace capaz al alumno de abrirse a la trascendencia orientada en el compromiso del amor y de la justicia que permitirá la transformación de la sociedad”.  Para Mons. Fratini este es el camino para acabar “con que la persona no sólo se proponga más metas que la satisfacción de lo inmediato que crea con frecuencia una cultura vanal”. Por ello cree necesaria la educación en la escuela católica “que sí quiere servir realmente al hombre, a la sociedad y que no renuncia a su misión de hacer madurar a los hombres confrontándolo a la realidad objetiva sin reducir su papel”. En esta misión de una nueva evangelización también ha querido destacar el importante papel que juegan profesores y padres “a los que se debe involucrar en la tarea educacional y el testimonio creyente y coherente de los educadores”. Para ello ha animado a seguir el ejemplo de la Virgen María “que respondió con una fe que es obediencia a la palabra de Dios”, al tiempo que también ha citado al apóstol San Juan “que asegura que la victoria sobre el mundo es nuestra fe”.

EUCARISTÍA DE CLAUSURA

La Eucaristía, a la que han asistido unas 900 personas, ha estado presidida por Mons. Renzo Fratini y concelebrada por el obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, que han estado acompañados por el obispo emérito de Málaga, Mons. Antonio Dorado Soto; el arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián Aguilar; el obispo auxiliar de Sevilla y delegado de Enseñanza de los obispos del Sur, Mons. Santiago Gómez, el vicario general de la Diócesis, Alfonso Fernández Casamayor y el vicepresidente de la Fundación, José Sánchez Herrera.