Comentario en texto al Evangelio del periodista Antonio Moreno

Nueve meses antes de la Navidad, celebramos la Encarnación del hijo de Dios. Un acontecimiento histórico por el que el eterno entra en la temporalidad de la carne mortal. María, la llena de gracia, lo recibe en su seno y abre para toda la humanidad un nuevo periodo histórico, un "año de gracia" que concluirá al final de los tiempos.

En esta etapa, cada uno de nosotros está llamado a concebir también a este niño en su corazón. A muchos, viendo su debilidad, les parecerá difícil, pero «para Dios nada hay imposible». En Cuaresma nos preparamos para acompañar a este Jesús que habita dentro en su Pasión, Muerte y Resurrección. Encarnémoslo en nuestra vida, repitamos con María: «¡hágase!».