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El Jubileo, con D. Antonio Dorado, en el décimo aniversario de su muerte

Mons. Antonio Dorado Soto, obispo emérito de Málaga · Autor: F. HERNÁNDEZ
Publicado: 08/01/2025: 2415

In memoriam

El 17 de marzo de 2025 se cumplieron 10 años del fallecimiento de quien fuera obispo de Málaga desde 1993 a 2008, Mons. Antonio Dorado Soto (1931-2015). Con este motivo, y dentro del contexto de la celebración del Jubileo 2025, el sacerdote Alfonso Crespo Hidalgo ha querido traer a la memoria las cartas pastorales que D. Antonio publicó con motivo del Jubileo del año 2000.

Descarga aquí las cuatro pastorales de Mons. Dorado:

En el libro que se ha editado y que con motivo de esta reedición, el autor explica así su sentido:

Jubileo 2000

Hace 25 años, celebramos un Jubileo extraordinario con motivo del dos mil aniversario del nacimiento del Hijo de Dios. El tiempo de preparación fue intenso y abarcó los tres años anteriores, centrados en la contemplación de las tres divinas personas. El Gran Jubileo del 2000 fue un canto de alabanza a la Santísima Trinidad.

Nuestro obispo entonces, D. Antonio Dorado, acompañó nuestra peregrinación con sus cartas pastorales, que se convirtieron en grata lectura, alentando el trabajo de los grupos parroquiales y la meditación personal de muchos cristianos.

Jubileo 2025

Con motivo de la celebración del Jubileo 2025, bajo el lema Peregrinos de esperanza y como homenaje agradecido a D. Antonio Dorado, en el décimo aniversario de su muerte, traemos a nuestra memoria sus cartas pastorales con motivo de Gran Jubileo extraordinario.

In memoriam

Mons. Antonio Dorado Soto, nace en Urda (Toledo) en 1931. Ingresa en el Seminario de Toledo y amplía estudios de teología en la Universidad de Comillas. Ejerce su ministerio en Toledo: profesor en el Seminario, consiliario de Cursillos de Cristiandad y del Movimiento de Apostolado Rural, del que fue consiliario nacional. Trabajó intensamente en la Acción Católica.

Fue nombrado por el papa san Pablo VI obispo de Guadix-Baza en 1970, donde había ejercicio como Vicario General desde 1965. Tres años después fue nombrado obispo de Cádiz-Ceuta.  San Juan Pablo II le nombra obispo de Málaga en 1993. El papa Benedicto XVI le aceptó la renuncia por edad, en 2008. Hasta su muerte, en 2015, residió en Málaga, acompañando sacerdotes y ejercitando su ministerio a disposición del nuevo obispo.

Participó en diversas sesiones del Sínodo de los obispos, en representación de la Conferencia episcopal; presidió diversas Comisiones episcopales: Apostolado Seglar, de Enseñanza y Catequesis, y del Clero, impulsando la espiritualidad sacerdotal. 

Con una sólida formación teológica, impregnada de la renovación del Vaticano II, era un hombre sencillo, cercano, cordial, con capacidad de escucha y trabajador incansable.

Gracias D. Antonio. “Vd., que nos habló muchas veces de Dios, háblele ahora a Dios de nosotros”. 

Alfonso Crespo Hidalgo

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