NoticiaPastoral penitenciaria La iniciación cristiana en la cárcel Publicado: 19/11/2024: 372 Málaga Del 25 al 27 de noviembre se celebran en Madrid las Jornadas de Pastoral Penitenciaria de toda España que organiza la Iglesia española. En ella, el delegado diocesano, Pedro Fernández Alejo OSST, compartirá la experiencia de iniciación cristiana de los internos en prisión. En los centros penitenciarios españoles 2.191 voluntarios y 158 capellanes se ocupan y preocupan de atender espiritualmente a los internos y de llevar a cabo más de 1.000 programas dentro y fuera de prisión. Uno de esos servicios es la iniciación cristiana. «Dar razón de nuestra esperanza cristiana» es el tema de las XXII Jornadas del área religiosa de Pastoral Penitenciaria, que tendrán lugar en Madrid, del 25 al 27 de noviembre, organizadas por el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social. En ellas, Pedro Fernández Alejo, delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria, imparte el día 26 una conferencia sobre la catequesis de iniciación en el Centro Penitenciario de Málaga, como capellán de este centro Penitenciario y coordinador de la Pastoral Penitenciaria en Andalucía, Pedro Fernández Alejo. Él explica que «quienes realmente llenan nuestras prisiones son personas de estratos sociales pobres. Es una pobreza no solo económica, sino cultural bastante alarmante, también pobreza religiosa. Nos encontramos con bastantes chavales que, o bien no están bautizados, no han hecho la primera comunión o algunos que hicieron la primera comunión de aquella manera y no han vuelto ya a tener ninguna referencia religiosa ni presencia en la parroquia, ni tampoco una formación adecuada. Para nosotros, esa pobreza está muy unida a la carencia de valores humanos, de la ética y la moral. Mi aportación en estas jornadas va a partir de cómo iniciar todo un proceso de formación en valores humanos con las personas privadas de libertad, empezando por el hecho de ser persona, de los grandes ideales, de la madurez e inmadurez personal, y, del mismo modo, ir viendo la persona como ser moral, el tema de la conciencia, de la libertad, la responsabilidad, las decisiones personales, el vivir en la esperanza, en la libertad, valores que para ellos son muy importantes pero que carecen muchas veces de una mínima reflexión. De ahí ya damos el paso hacia lo religioso: en qué Dios creo, si es que tengo alguna referencia religiosa de ese Dios, si la fe es una fe eminentemente o exclusivamente humana o es una fe religiosa... Luego, la fe como encuentro con Cristo, el descubrimiento de Jesús, reconocer a Jesús como alguien importante en su vida, qué significa Cristo para ellos, para pasar a un acercamiento a los evangelios, para que lleguen a esa respuesta personal a la pregunta de quién es Jesús para mí. Esto nos lleva a plantearnos a Jesús como libertador y redentor, desde su muerte y Resurrección. El último proceso, para aquellos que no han recibido el bautismo, la comunión o incluso la confirmación, que es la iniciación a los sacramentos. También del sacramento del Perdón, lo que supone todo un proceso de toma de conciencia, del sentido del pecado, de la conversión, la reconciliación... Y, al mismo tiempo, la Eucaristía, como culmen de todo un proceso humano de formación y de experiencia religiosa». Para Pedro y todos los implicados en este servicio, «lo importante es evangelizar a los pobres desde la pastoral penitenciaria. Y esto es un objetivo primordial y prioritario para todos nosotros que estamos con los privados de libertad». Junto a él, son ponentes también el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado, Francisco J. Romero; Manuel Fraijó, Doctor en Filosofía y Teología, catedrático emérito de la UNED, y el capellán voluntario en prisiones y profesor emérito de la Universidad Pontificia de Comillas, José María Fernández-Martos.