La gente buscaba a Jesús. Deseaban verlo. Y a Cristo le gusta estar con la gente. Les habló mucho rato de manera que lo entendiesen. Es necesario hacernos entender. Hablar de forma que nos entienda quien tiene una vasta cultura y quien no la tiene. Es necesario hablar el lenguaje del corazón. Un lenguaje comprensible y cercano. Que haga referencia a lo cotidiano y relate. Que cuente cosas que nos acerquen más y mejor a Dios. Para que quien tenga oídos que oiga. Y la semilla dé fruto. Fruto abundante y grano. Mucho grano.