Con el repique de campanas del Ángelus, a las 12, llegaba el Sr. Obispo a Totalán y «entraba por la puerta principal bendiciendo al numeroso grupo de fieles que, desde el año 1976, no vivía un acontecimiento como éste», explica el párroco, Antonio Prieto Zurita. 

Tras un tiempo de oración ante el Santísimo Sacramento, el Obispo «se dirigió con cálidas palabras a todos los asistentes dándoles a conocer en qué consistía su Visita Pastoral», añade el párroco, y se dispuso para administrar el sacramento de la reconciliación, «dándole la oportunidad de recibir la misericordia divina a cuantos quisieron acercarse».

Después llegó el momento de la Asamblea Parroquial, «un tiempo de cercanía y diálogo discurrido que disfrutaron tanto niños como mayores», en palabras del párroco, pues «hablaron de las distintas dificultades que vive el cristiano de hoy en una sociedad tan compleja, animando a toda la asamblea  a seguir dando razones de nuestra esperanza».

La mañana culminó con la celebración de la Eucaristía y una sesión de fotografías con los distintos grupos de la parroquia de Totalán.

A mediodía compartieron la mesa con el Sr. Obispo varios sacerdotes del arciprestrazgo de Axarquía-Costa, compartiendo «una agradable sobremesa donde se nos fue el tiempo sin apenas darnos cuenta», afirma Prieto.

Visita Pastoral en Totalán

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La Cala del Moral

La jornada de Visita Pastoral continuó por la tarde en la parroquia de La Cala del Moral, concretamente en la casa de Carmen, «una vecina con 93 años y un espíritu joven que se sintió muy afortunada por recibir “tan grande visita”. También visitaron a Pedro, sacerdote jiennense natural de Porcuna que lleva muchos años incardinado en la diócesis de Málaga, prestando varios servicios en varias realidades pastorales. En su diálogo con Monseñor Catalá, recordó el tiempo que prestó su servicio como sacerdote de Málaga en la embajada de Suiza y los distintos idiomas que dominaba para tan específica tarea. Ambos recibieron la comunión y la bendición de manos de D. Jesús», explica el párroco.

A las 18.30 horas se abrían las puertas del templo parroquial de Nuestra Señora del Rosario, en La Cala del Moral, para recibir solemnemente al Obispo de la Diócesis, quien besó el crucifijo y asperjó a todos los presentes. Un grupo de feligreses del Consejo Parroquial y de las distintas realidades parroquiales (catequesis, coro, liturgia, Cáritas, hermandades, etc) lo acogieron y, tras un tiempo de oración comunitaria ante el Sagrario, el Sr. Obispo se dirigió al confesionario para impartir el sacramento de la confesión a cuantos feligreses se acercaron.

Visita Pastoral en La Cala del Moral

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Sobre las 19,15 horas dio comienzo la Asamblea Parroquial, en la que el prelado malacitano habló de la «gran alegría que tenía por estar compartiendo dicha visita con toda la parroquia caleña. El diálogo fue bastante fluido, siendo realmente una catequesis con la que despertaba las inquietudes con las que se enfrenta la vida cristiana hoy. Los distintos agentes de pastoral se dirigieron a él con preguntas muy acertadas, a las que personalmente fue respondiendo y clarificando a la luz de la fe y la vida moral», explica el párroco. 

El acto central de la Visita Pastoral fue la celebración de la Eucaristía, presidida por D. Jesús y concelebrada por varios sacerdotes de la zona, a la que siguió la ya tradicional sesión fotográfica con todos los grupos de la parroquia.

«La parroquia quiso obsequiarle con un pequeño surtido de dulces artesanos hechos por las Hermanas Clarisas de la Trinidad, en Málaga, comunidad de religiosas contemplativas con las que colaboramos y mantenemos una estrecha relación de amistad», detalla Antonio Prieto, quien añade que «tras esta agotadora y calurosa jornada, quiso culminar el Sr. Obispo su estancia entre los caleños, acercarse al tanatorio del pueblo para rezar un responso y dar sus condolencias a la viuda y demás familiares de nuestro querido feligrés D. Adolfo Gálvez que durante un gran periodo de años prestó su servicio como Hermano Mayor del Rosario y de Cristo Crucificado y María Stma. de los Dolores. D. Jesús se marchó contento de Totalán y La Cala del Moral porque pudo experimentar, una vez más, que la sencillez y la cercanía del Pueblo de Dios con su Pastor es sincera y para siempre; y que a través de su persona y ministerio, la Gracia de Dios se manifiesta en todas las gentes».