NoticiaEntrevistas Juan A. Mora: «La religiosidad es fuente de salud» Publicado: 26/08/2021: 15359 Juan Antonio Mora Mérida, catedrático emérito de Psicología Básica y actual Co-Director Académico de los Cursos de Extensión y Experto Universitario en Ética para Sanitarios de la UMA, explica a diocesismalaga.es la obra conjunta en la que se recogen las aportaciones de varios expertos sobre el binomio religiosidad y salud. El libro "Religiosidad y salud" ha sido presentado el 17 de septiembre con la participación del obispo de Málaga, D. Jesús Catalá. Aquí pueden escuchar la entrevista emitida en el programa EL ESPEJO MÁLAGA, con Encarni Llamas, a pocas horas de la presentación del libro. El Curso de Extensión Universitaria “La persona humana en la encrucijada actual: Religiosidad, Espiritualidad y Salud, celebrado en la Universidad de Málaga en 2012 por iniciativa de Pastoral Universitaria, dio lugar a interesantísimas reflexiones acerca de la vinculación existente entre religiosidad y salud. Ahora, los trabajos allí expuestos son reunidos en un libro que publica la editorial E.D.A., con la edición de Juan Antonio Mora Mérida, catedrático emérito de Psicología Básica y actual Co-Director Académico de los Cursos de Extensión y Experto Universitario en Ética para Sanitarios. En la obra participan, además, el catedrático emérito de Fisiología Humana de la UMA Salvador González Barón, el Profesor Titular de Psicología Básica de la Facultad de Psicología de la UMA José Luis Zaccagnini Sancho, la Doctora en Psicología y Licenciada en Ciencias Religiosas Esperanza Sanabria y la Doctora en Filosofía Isabel Orellana Vilches. El 17 de septiembre tuvo lugar su presentación en el edificio del Rectorado, en el Paseo del Parque, a las 19.00 horas, presidida por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá. Allí podrá adquirirse, así como en librerías especializadas o en la web de la propia editorial. Entrevistamos a Juan Antonio Mora Mérida en relación a este volumen. Este libro nace de un debate intelectual entre dos mundos aparentemente distantes: religiosidad y salud, ¿verdad? - La religiosidad busca darle un sentido global a la existencia, lo que Max Scheler denominó El puesto del hombre en el Cosmos. Las ciencias conexas a la salud (Medicina, Enfermería, Psicología, Biología, etc.) buscan combatir y superar a la enfermedad. Y como partes de la ciencia, buscan la verdad. Pero esa verdad científica siempre va a ser provisional, porque los nuevos descubrimientos científicos van a superarla. Al mismo tiempo los profesionales de la salud están en contacto todos los días con el nacimiento, la enfermedad o la muerte de seres humanos, momentos en los que la transcendencia de la existencia humana aflora espontáneamente. Quien hable de distanciamiento entre estos dos mundos sólo puede tener una visión epidérmica de los mismos. ¿Tiene fundamento afirmar que la práctica religiosa es beneficiosa para la salud? ¿De qué modo? - La conclusión del primero de los capítulos, tras revisar toda una serie de trabajos experimentales, recoge que, en sentido individual, la religiosidad es fuente de salud porque la persona se siente unificada e integrada, el individuo transciende a su propia existencia, puede utilizar sus capacidades de modo óptimo, se siente más responsable de sus actos, sabe que está en contacto con OTRO que le espera tras su muerte, y sintiéndose más seguro, fácilmente tendrá una existencia más feliz y agradecida. E igualmente, en sentido grupal, los sujetos más integrados suelen tener un comportamiento más ético, con una orientación más prosocial, por lo que los grupos de creyentes sirven de cohesión de las colectividades. Esto nos explica que la religiosidad haya producido las mejores producciones artísticas. Y que se nos convierta en una magnífica herramienta de corrección de la desviación de conducta y superación de la delincuencia. ¿Es también un factor importante de salud, no sólo física sino también emocional y psicológica, el código ético que deviene de la práctica religiosa? - Los capítulos 3º y 4º, de los que son responsables José Luis Zaccagnini y Esperanza Sanabria, abundan constantemente en estas afirmaciones. La religiosidad es uno de los principales ingredientes de la Psicología Positiva, la práctica religiosa nos comporta felicidad, equilibrio emocional, con el que logramos controlar adecuadamente nuestras emociones, y saber comprender a los demás. Al mismo tiempo la práctica religiosa y espiritual nos facilita la experiencia óptima (flow) que nos hace más creativos, productivos y eficaces. Y ya en Grecia los Estoicos, Sócrates y Aristóteles nos afirmaron que la conducta ética es el mejor camino de alcanzar la felicidad, meta de todos los hombres. Entre los autores de este trabajo encontramos especialistas en psicología, fisiología, filosofía y teología. ¿Qué aporta cada uno de ellos? - Salvador González Barón es Médico, Catedrático de Fisiología, su capítulo está dedicado a los aspectos emocionales y antropológicos del dolor. No hay un contexto más claro de modificar el termómetro subjetivo de resistencia al dolor que la religiosidad y verle sentido a la vida. Isabel Orellana es Dra. En Filosofía, reflexiona sobre el diálogo como restaurador de la convivencia, ante una sociedad cada día más solitaria y ensimismada, los sujetos acostumbrados a hablar y esperar al OTRO, nos convertimos en creadores de paz y superadores de conflictos. José Luis Zaccagnini y yo somos Psicólogos, Esperanza Sanabria Teóloga y Dra. En Psicología. En las cuestiones 2 y 3 ya están recogidas nuestras aportaciones. Esta pandemia del COVID-19 nos ha llevado a todos a manejar una situación médica desconocida. ¿Hace aún más actual este trabajo? - Efectivamente, y nos ha rebajado la pretendida autoseguridad del mundo moderno. Nos ha desmontado la excesiva confianza en nuestros medios sanitarios. Nos ha servido de cura de humildad, y nos exige responsabilidad individual y social para poder combatir al virus. Todo esto hace más actual nuestro trabajo que, entendemos, puede ser recomendable para cualquier profesional sanitario, para cualquier ciudadano que quiera tener argumentos científicos para sustentar su Fe y su práctica religiosa, o simplemente inquietud intelectual sobre su propia existencia.