Lo más interesante de dedicarse a la biología es descubrir lo que la naturaleza nos enseña de nuestra vida, es decir, de nosotros mismos, de las sociedades humanas y de la humanidad como especie. Sin embargo, cuántas veces pretendemos entendernos y organizarnos, a estos tres niveles, de espaldas a las enseñanzas de la madre naturaleza.

El Papa, en la Laudato si’, nos lanza un mensaje: no podemos seguir así. Miremos a nuestro planeta, sintamos que todos los seres vivos formamos una sola familia, dejemos de maltratarlo y empecemos a vivir con un nuevo estilo de vida, en sintonía con nuestra esencia más profunda.

El encuentro con Dios en la belleza de la creación nos alentará en el compromiso por cuidar toda vida y por vivir realmente la fraternidad a la que estamos llamados. Es nuestra responsabilidad transmitirle a nuestros hijos estos valores, esta espiritualidad, esta tarea del cuidado de la casa común.