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Luis Jiménez: «Donde llega la Iglesia, llega la promoción humana»

Publicado: 18/10/2011: 1962

El sacerdote Luis Jiménez, misionero de la Consolata de la comunidad de Cristo Rey, en Málaga capital, ha sido nombrado recientemente nuevo delegado diocesano de misiones. Tras 20 años como misionero en Tanzania, al padre Luis se le ilumina la cara cuando habla de África y del Evangelio. Así lo transmitió a los oyentes de Diócesis FM que escucharon el programa «Lo que no te cuentan», al que acudió la semana pasada para hablar del Domund.

En esa entrevista, recalcó la doble dimensión del misionero: llevar el Evangelio y, junto a él, el desarrollo. «Donde ha llegado la Iglesia, al mismo tiempo que llega la fe, llega la promoción humana en la cultura, en la sanidad, etc. Y eso hace que las personas crezcan y que no carezcan de lo fundamental. Allí donde llega la Iglesia hay un desarrollo global, integral, de la persona entera. Cuando Jesús ve al paralítico no le dice sólo: ‘tus pecados te son perdonados’; sino que le dice: ‘ahora, anda, camina’. (...) Los misioneros hemos promovido también que las niñas puedan estudiar y ya hay mujeres alcaldesas y en el gobierno. Cuando llega el cristianismo, hay una proliferación de escuelas, de asilos, de hospitales...»

Para el padre Luis, la diferencia entre el destino del dinero que aportamos para las campañas de las ONG´s católicas y el que damos para el Domund es muy sencilla. Mientras que las organizaciones destinan el dinero a proyectos exclusivamente de desarrollo, el dinero del Domund «va principalmente a proyectos de evangelización, formación de catequistas, desarrollo de las comunidades cristianas, seminarios y diócesis pobres. Aunque hay veces que para que un proyecto de evangelización funcione, es necesario aportar dinero para la construcción de un salón multiusos,  o un medio de transporte».

Y es que existe la tentación de confundir la labor del misionero con la (también admirable) de los cooperantes. En este sentido, el P. Luis recuerda la anécdota del diálogo que mantuvo con un catequista local en Tanzania: «Cuando le pregunté: ¿Qué piensas tú de los misioneros? Él me dijo: ‘muchas veces estáis demasiado preocupados de hacernos una escuela o de construirnos un acueducto. Pero lo que nosotros necesitamos es que nos habléis de Dios; tenemos hambre de Dios’. Y eso me ayudó a no confundirme, porque la alegría que tienen ellos les viene de Dios, no de lo material».

SER MISIONERO 

El P. Luis Jiménez lo tiene muy claro a la hora de animar a los jóvenes a plantearse su vocación misionera: «En 20 años que he estado en Tanzania he encontrado una gran felicidad. Vale la pena dar la vida por los demás. Vale la pena encontrar el sentido de tu vida en Jesús de Nazaret. Vale la pena hacer como Él hacía. Vale la pena sentirte enviado, que no trabajas en nombre propio sino en nombre de Él. Al joven que esté pensando que podría ser misionero, le diría: ‘Adelante. Merece la pena porque ser misionero y entregar la vida por la evangelización, además de ser muy noble, te hace muy feliz. Te vas a sentir pleno por dentro y esto lo vas a contagiar a los demás. Si te lo estás  planteando, haz oración y pídele a Dios con las manos extendidas: ‘Haz de mí lo que quieras, aquí estoy’’. Es lo que yo le dije cuando tenía 17 años».

Una entrevista de Antonio Moreno publicada en la revista "Diócesis"

Escuche el programa íntegro, aquí:

Autor: diocesismalaga.es

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