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María del Socorro Astorga, camino de los altares

Publicado: 22/06/2023: 13110

Apertura Causa

El 1 de julio, doscientos años después de su muerte, se abrió oficialmente la fase diocesana de la causa de canonización de Madre María del Socorro Astorga Liceras. Esta monja, más archidonesa que la plaza Ochavada (de la que fue alarife su padre, Francisco de Astorga Frías) dio ejemplo de vida evangélica y sus escritos testimonian aún hoy la misericordia infinita de Dios.

El primero de julio se celebró la apertura oficial de la fase diocesana de la Causa de Canonización de esta monja mínima, que vivió en Archidona entre 1769 y 1814. En la iglesia del Monasterio de Jesús María del Socorro, en Archidona, presidió D. Jesús Catalá el acto de apertura, en el que se constituyó el Tribunal para esta Causa, tras recibir el nihil obstat desde la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos de la Santa Sede. Contó con la presencia del P. Ottavio Laino O.M, Postulador General de la Orden de los Mínimos.

FAMA DE SANTIDAD

Nacida con el nombre de María Claudia en 1769, quedó huérfana de madre siendo niña, y su padre contrajo segundas nupcias. Ya desde muy pequeña experimentó la cercanía de Dios en momentos de dificultad, como cuando se curó sin explicación de una grave herida en la mano tras ser encomendada a la Virgen María. Pronto supo que era llamada a la vida religiosa e ingresó en el convento de las Mínimas de Archidona en agosto de 1799, donde fue animada a escribir sus vivencias espirituales, que eran muchas y de gran profundidad. Falleció en marzo de 1814, convirtiéndose en modelo de caridad cristiana y en un referente para toda la comarca.

La fama de santidad de esta monja se fue difundiendo, incluso en vida, entre sus hermanas y también en todo el pueblo, que comparte hoy día el deseo de verla proclamada santa. «Para nosotras es una alegría muy grande», cuenta Sor Lourdes Sánchez-Lafuente, correctora de las Mínimas de Archidona «y en el pueblo va a ser como una bomba, pues ya está habiendo “revuelillo”. Aquí, es un ejemplo de vida, y siempre se conoció su entrega, especialmente a los pobres, a quienes daba su propio pan. Su testimonio nos llama a proclamar esa misericordia de Dios, que ella trata de dar a conocer también en sus escritos».

«Una auténtica escritora mística y maestra en las virtudes teologales», la define el vicepostulador, Antonio Jesús Jiménez. «Un alma muy sencilla, pero a la vez con una altura espiritual equiparada por algunos a san Juan de la Cruz o santa Teresa», añade Sor Lourdes. «Su sencillez hace su mensaje muy asequible e invita a imitarla». Cuenta esta heredera de Madre del Socorro que ella no quería escribir, pero su director espiritual la instaba a ello, algo que para esta religiosa suponía un mandato director del Señor. «Era Él quien se lo pedía, y lo relata con el ejemplo de un bordado: “Quiero que, con tus escritos, bordes un vestido que manifieste al mundo mi gran misericordia y bondad. Todo lo que quites a este bordado, se lo quitas a la hermosura que yo quiero que tenga”. Es el suyo un mensaje que nosotras tenemos que tomar y enlazar, como antorcha, al deseo de ser luz en la Iglesia con la penitencia».

Antonio Eloy Madueño, director del Departamento de la Causa de los Santos en Málaga y Promotor de Justicia en la Causa, dice que «al llamar Dios a María del Socorro a la santidad por el amor, la hace también contemporánea nuestra, para que invite al hombre y mujer de hoy a la conversión, al amor de Dios, a una relación directa, personal con Él. El cristiano del siglo XXI carece de ese cielo protector o paraguas sociocultural que le sostenga en el seguimiento de Cristo, y necesita, como María Magdalena en la mañana de la Resurrección o Madre Socorro en el torno del convento, de ese encuentro personal con Cristo Resucitado, que, además de devolverle la alegría de su presencia, le capacite para gritar que Cristo, que el  Amor de Dios, está vivo y resucitado entre nosotros, especialmente, cuando tantos gritan, a veces con su silencio, que está muerto. Porque, no hay prioridad más necesaria para el hombre de hoy que abrirle el acceso a la cercanía de Dios en Cristo». (leer artículo íntegro)

REPOSO EN ARCHIDONA

Los restos de Madre María del Socorro permanecen en el convento, donde pueden ser visitados en la cripta de la iglesia, en la que las Monjas Mínimas de Archidona viven con profunda alegría la apertura de la fase diocesana. Agradecen a la Diócesis de Málaga, así como a los miembros del tribunal diocesano y a la comisión histórica y teológica, «el empeño y la pasión con que han trabajado para llevar adelante los trámites necesarios para el desarrollo de la causa».

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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