El jueves 28 de junio, D. Jesús Catalá fue recibido por la comunidad parroquial a las 10.30 horas. A lo largo de la mañana, visitó enfermos, las instalaciones de la parroquia y a la comunidad educativa del colegio Santa Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad. Tras el almuerzo con los sacerdotes del arciprestazgo, se celebró una asamblea parroquial y la solemne Misa Estacional.

Durante el diálogo con los miembros de la parroquia, D. Jesús insistió en la necesidad de seguir buscando juntos el camino del anuncio del Evangelio aunque las circunstancias sean adversas. «Hay que ser creativos –dijo–, hay que reorientar constantemente el rumbo de la nave para poder llegar a nuestros hermanos, para poder llegar a buen puerto». Durante el diálogo, diversos feligreses expusieron sus experiencias personales y pastorales y recibieron el aliento del pastor: «ánimo, estad siempre alegres. El Evangelio es felicidad, es alegría. Transmitidlo así a la gente que os rodea».

Antes de la Misa, que fue concelebrada por el párroco, Adrián Troncoso; el vicario parroquial, Gustavo Mills; y el arcipreste, Antonio Sosa, el Sr. Obispo confesó a varios feligreses. 

Durante la homilía, en la víspera de la fiesta de San Pedro y San Pablo, Mons. Catalá señaló que, «como les pasó a los apóstoles, cuando Cristo entra en tu vida es para siempre. Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia, se encontraron con Jesús de distinta manera. Pero desde orígenes distintos, se unieron dando testimonio de fe con su martirio en Roma. Pedro, crucificado; y Pablo, decapitado. ¿Porque ese odio a los cristianos por parte del emperador? ¿Por qué los que tienen poder odian a los cristianos? Porque dicen la verdad. El que vive en las tinieblas no quiere la luz. Los cristianos, al vivir en el Señor, que es el camino, la verdad y la vida, viven libres. Si a Jesús lo persiguieron por decir la verdad, como a Juan Bautista, Pedro o Pablo; naturalmente a vosotros os perseguirán los que no quieren la verdad. Por tanto, no esperéis honores por seguir a Cristo. Sed testigos de este encuentro personal».

En la Eucaristía recibieron el sacramento de la confirmación una veintena de feligreses, entre niños, jóvenes y adultos, a quienes el obispo invitó a rezar especialmente por el Papa en esta fiesta de San Pedro.

D. Jesús invitó a los asistentes a «que esta visita se convierta en el broche final y el punto de partida de una renovación parroquial. Que la parroquia se reoriente buscando el horizonte que Jesús nos propone como cristianos del siglo XXI», concluyó.

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