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Diario de una adicta (X). LA CONVIVENCIA

Publicado: 05/05/2016: 3229

La vida con Esteban no resultaba difícil pues su trabajo lo tenía ocupado casi todo el día y cuando llegaba a casa, la armonía y la alegría era la tónica dominante.

Durante cerca de un año, disfrutamos de una especie de luna de miel: no existían conflictos importantes. Pero aquel viernes me llamó por teléfono para decirme que preparara una buena cena, pues me tenía preparada una estupenda sorpresa y que pasaríamos todo el fin de semana junto y los dos solos; se moría de ganas por estar conmigo.

Mi imaginación se puso a trabajar y la tarde la pasé pletórica de alegría, pensando en el regalo.  Me fui a la calle y compré una serie de platos cocinados, embutidos ibéricos y dos botellas de su tinto preferido. ¡Qué alegría tenía! ¡Cómo, una palabra asociada a una actitud cariñosa puede cambiar la vida de una persona! ¡Cuánta ilusión es capaz de desarrollar una simple palabra! ¡Qué fácil es hacer felices a los demás! Recordando esas horas, me reafirmo que lo único importante en esta vida es el amor. Es lo que ofrece un  sentido a la vida. Yo veía todo como si estuviera en el cielo.

Al escuchar las llaves, salí corriendo para estar en la puerta y le di un beso que brotó desde mi interior con sentimiento de ternura y experimenté algo de lo que puede definir la felicidad. Nerviosa y llena de curiosidad esperaba la sorpresa, ¿cuál sería? Pensaba en mil cosas bonitas.

Estaba más tierno que de costumbre, y yo me deshacía para que aquella cena terminara lo más pronto posible. Ahora, cuando llegan a mí esos recuerdos, pienso que esa situación no tenía que haberse terminado nunca.

Cuando finalizó la cena, sacó algo del bolsillo que escondió en su mano para mostrármela cerrada. Ya tuve la seguridad que era el anillo. Entonces me senté en sus rodillas y le cogí la mano y empecé a abrírsela dedo a dedo. Él me dejaba hacer con una resistencia fácil de vencer. Cuando contemplé lo que tenía, no supe reaccionar pues eran unos cuantos sobrecitos.

-¿Qué es esto, Esteban?- Cariño, me dijo, son papelinas de chiné, ya sabes, un revuelto: cocaína cortada con heroína-

José Rosado Ruiz

Médico acreditado en adicciones

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