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Casi 18.000 familias atendidas en la diócesis en 2014

Detalle del cartel de Cáritas para el Corpus Christi
Publicado: 05/06/2015: 12616

En la Solemnidad del Corpus Christi, día grande de la Eucaristía, Cáritas, a través de su campaña “Ama y vive la justicia”, nos invita a celebrar el Día de Caridad como una oportunidad para construir una nueva fraternidad universal basada en la dignidad y los derechos de todas las personas. Como todos los años, con este motivo, la entidad presenta su memoria anual que, entre otros datos, desvela que la cifra de familias atendidas en la diócesis ascendió a 17.772.

En el marco de la campaña institucional “Ama y vive la justicia”, Cáritas centra este año su mensaje en la dignidad de la persona y sus derechos perdidos que han dado lugar a nuevos rostros de pobrezas.

La dignidad de las personas, en tanto somos hijos de Dios, es el principal valor que sustenta la identidad y acción de Cáritas. Las personas son un fin en sí mismas y la dignidad es inseparable del hecho mismo de vivir.

Descubriéndose amado por Dios, el ser humano comprende su propia dignidad trascendente y aprende a salir al encuentro del otro creando una red fraterna y solidaria de relaciones humanizadoras y formando una comunidad de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros.

Sin embargo, a menudo, nos olvidamos de esta vocación de fraternidad y somos arrastrados por la corriente de la “globalización de la indiferencia”, que sin darnos cuenta normaliza el sufrimiento del otro y nos lo sirve “a la carta” a través de los medios de comunicación.

«El fenómeno de la globalización, protagonista de nuestro tiempo, nos acerca a los demás, pero no nos hace hermanos» (Cáritas in veritate, n 19). Es más, las numerosas situaciones de desigualdad, de pobreza y de injusticia revelan una profunda falta de fraternidad, además de una falta de cultura de la solidaridad.

¿Qué haces con tu hermano?

La pregunta “¿Qué has hecho (qué haces) con tu hermano?”, es una llamada urgente a ver la realidad de tantos hermanosnuestros despojadosdesusderechos.

Nuestra época está marcada por el hambre y las desigualdades sociales. La exclusión de las personas y las familias más pobres crece de forma escandalosa frente a una cultura del despilfarro y del consumo que se ha globalizado de forma vertiginosa, restando valor a la vida humana y al significado de su dignidad.

Pero resulta difícil mirar hacia otro lado. No podemos vivir ajenos al drama de los cerca de 5 millones de personas que no tienen trabajo en nuestro país, a los 845 millones de personas con hambre crónica en el mundo, a la situación “vergonzosa” de tantos miles de personas forzadas a emigrar huyendo del hambre, de la guerra o de la persecución religiosa y a tantas otras dramáticas situaciones de pérdida de derechos.

Es imposible no sentir, no escuchar, no querer ver. Hoy, estos signos, claman al cielo y nos interpelan: ¿Dónde está tu hermano? ¿Qué has hecho? (Gn 4,9). Tenemos la libertad de elegir, responder a nuestra vocación de fraternidad o dejar paso al egoísmo en nuestra vida dando la respuesta de Caín «¿soy acaso guardián de mi hermano?» (Gen 4,9), que nos hace cómplices en la indiferencia.

Todos somos responsables de todos

Ha llegado el momento de conmovernos y movernos. Nuestra dignidad humana no nos permite ocuparnos solo de lo nuestro, ni dejarnos indiferentes ante el sufrimiento de los pobres. Ante esta realidad que nos toca vivir, los cristianos estamos llamados a hacer posible la esperanza del Reino de Dios en medio del dolor de su Pueblo. Y la esperanza solo puede ser posible cuando todas las personas nos miramos unos a otros vestidos de la misma dignidad que nos configura hombres y mujeres integrantes de una familia humana común, por encima de creencias, ideologías, etnias, lenguas, culturas; ycuando seamoscapacesdecargarlosunos con los otros, acompañarnos y acogernos, y estar dispuestos a transitar caminos y lenguajes nuevos de justicia, austeridad, trabajo y bienestar para todos, más allá de nuestros intereses personales e individuales.

Hoy todos somos convocados por Dios a vivir la fraternidad, la mesa compartida, construyendo y rehabilitando la vida desde una nueva forma de relación con el otro desde el amor y la justicia.

Nuestra acción durante el año 2014

ACOGIDA Y ATENCIÓN SOCIAL

Familias atendidas: 17.772
De las personas atendidas:
- El 72’6% son mujeres. En general sus demandas son para toda la unidad familiar.
- El 34’86% son inmigrantes.
- El 18’48% han acudido por primera vez.
- El 26’86% están siendo atendidas desde hace más de tres años.

Respuestas y actuaciones: 92.457
Principales respuestas: Asesoramiento y Ayudas paraalimentación,vivienda, suministros(agua, luz, gas, etc.), formación y ayuda para búsqueda de empleo, etc.
Recursos invertidos: 3.355.347€

CENTROS SOCIOSANITARIOS, PROGRAMAS Y PROYECTOS DE INTERVENCIÓN SOCIAL:
-Participantes en programas y proyectos: 9.462 - Personas acogidas en los centros: 285
- Recursos invertidos: 3.829.103€

LAS PERSONAS QUE LO HACEN POSIBLE:
- 4.663 socios y donantes
- 1.347 voluntarios
- 147 trabajadores contratados (la mayoría en los Centros Sociosanitarios.)


* Datos extraídos de la Memoria 2014

Cáritas Diocesana

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