NoticiaCuaresma VÍDEO. Gabi Ramos: «La vida es un regalo» Publicado: 24/02/2023: 12750 Testimonios En Cuaresma, la Diócesis de Málaga ofrece los testimonios de distintas personas que cuentan cómo han vivido su particular encuentro con Dios. El primero es Gabi Ramos, ingeniero de telecomunicación, padre de familia, apasionado de los viajes y del baloncesto. «Mi vida cambió y ahora doy gracias a Dios cada mañana». Víctor, Gabi, Magüi y José Luis han experimentado en su vida la conversión a la que invita la Cuaresma. Sus testimonios en vídeo son algunos de los que ofrece la Delegación de Medios en diocesismalaga.es a lo largo de este tiempo Gabi Ramos es ingeniero de telecomunicación, esposo y padre de tres hijos. «Mis tres pasiones son mi familia, viajar y el baloncesto». La vida se lo regalaba, hasta que el 2 de junio de 2015 todo cambió. «Me diagnosticaron una leucemia mieloide, y de esa vida de ensueño pasé a estar encerrado en una habitación de aislamiento durante semanas. Se abrió ante mí una vida de dolor, sufrimiento e incertidumbre. En esa situación, quedan pocos pilares. Uno de ellos, la fe», cuenta. Pero para Gabi no fue fácil agarrarse a ella. «Recuerdo un día. Llevaba catorce encerrado y rezando como siempre, cotidianamente. En la habitación del hospital, pensé dejar de hacerlo, porque le echaba mucho la culpa a Dios. Ese día, el Evangelio contaba la historia del leproso que le dijo a Jesús que si quería, podía curarle, y fue curado. Aquello me enfadó mucho, porque creía que Dios me estaba tomando el pelo. Quería curarme, de manera inmediata. Empecé a gritar yo también como el leproso: “¡Señor, si quieres puedes curarme!”. Me arrodillé, costándome horrores a causa de la enfermedad, y volví a gritarlo. Evidentemente no pasó nada. Al día siguiente, más calmado, me pregunté cuánta fe tenía ese leproso y cómo era la mía. Vi que mi fe era de “máquina de coca-cola”. Yo quería meter la moneda y que saliera el refresco. Algo hizo clic dentro de mí. A partir de entonces, cada mañana doy gracias por poder despertarme, que ya es un milagro, y le digo: "Señor, ¿qué quieres que hagamos hoy juntos por tu misión de amor?” La leucemia me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado otras: una, saber valorar lo que es la vida, esta vida extra que me ha concedido Dios para hacer cosas para Él. El mensaje del Evangelio es muy nítido, y yo me quedo con "ama al hermano como a ti mismo". Ese mensaje tiene que traducirse en una actitud vital, y eso intento cada día», concluye.