NoticiaPatrimonio Iglesia de la Aurora y la Divina Providencia, en Málaga Publicado: 28/07/2021: 12285 El 25 de febrero de 1775 las Dominicas tomaron posesión de unas casas donadas por D. Manuel Francisco de Anaya y Dª Margarita del Villar en la calle Andrés Pérez en 1759, poniéndoles como condición que labrasen el convento en un plazo de ocho años. Las obras finalizaron en 1787, realizándose el traslado del Santísimo el 3 de octubre. El templo tiene planta de cajón, articulada en su alzado con apilastrado de orden compuesto, y se cubre con bóveda de medio cañón cuyos fajones se decoran con rocallas y guirnaldas. La capilla mayor es cuadrada, con pechinas decoradas con guirnaldas acorazonadas y su bóveda, con ocho segmentos, está también decorada en su base con rocalla. Los muros laterales del presbiterio ostentan medallones de gran tamaño y calidad, en altorrelieve de estuco, muy rococós, con escenas que representan pasajes propios de la orden dominica: en uno, la Virgen entregando el rosario a santo Domingo, en alusión a la devoción que este había instituido; y en el otro, santo Domingo con el beato Fray Alano de la Rupe, apareciendo, también, el perro con la antorcha en la boca, símbolo de los Dominicos. Todo el interior de este templo es de gran calidad, y su estilo demuestra un gusto que puede relacionarse con el arquitecto José Martín de Aldehuela. Desde su cierre conventual en el verano de 2006, por parte de las monjas de la orden de Santo Domingo de Guzmán (Dominicas), la iglesia es segregada del conjunto conventual en el año 2012, pasando a titularidad del Obispado de Málaga. En el año 2013, es suscrito un convenio de cesión de uso entre el Obispado de Málaga y la Muy Ilustre, Antigua y Venerable Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros y San Lorenzo Mártir, por el que esta última está a cargo de la conservación del templo. En 2015 es reparada la cubierta y la fachada por un importe de 105.610,24 euros, en el que el Ayuntamiento de Málaga aportó 30.562,28 euros a través de subvención de la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda. El interior se encontraba en pésimas condiciones, fruto de las dificultades vocacionales y económicas de las últimas décadas de posesión de las monjas dominicas. Además, fruto de la separación de la iglesia de lo que fue el monasterio, se dejó al templo sin servicios de agua, saneamiento y suministro eléctrico. Las obras han consistido, fundamentalmente, en la dotación de esos servicios tan necesarios, así como en la eliminación de humedades de las partes inferiores de los muros, sustituyendo morteros de cemento inapropiados por otros de cal y zócalos de mármol ventilados. Se ha procedido a limpiar dorados y pintura de los paramentos y bóvedas y se ha dotado al templo de una iluminación acorde con su valor patrimonial. La inversión realizada ascendió a 163.611,03 euros, sufragada en este caso por la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Málaga.