NoticiaLibros Mirada de mujer, el sacerdote Ángel Antonio Chacón acerca a la figura de la madre de Cristo Publicado: 31/05/2021: 18756 Libro El sacerdote diocesano Ángel Antonio Chacón, vicario parroquial de El Salvador y director del Centro Ntra. Sra. de la Merced de Cáritas Diocesana de Málaga, acaba de publicar “Mirada de Mujer. Con vuestro permiso, mi Señora”, un emotivo libro de relatos desde la mirada de María. La sala capitular de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa Málaga acogió la presentación de la obra, cuyos beneficios serán para la bolsa de caridad y necesidades de la Hermandad de Humildad y Paciencia, de la que el autor es director espiritual. El libro, editado por Círculo Rojo, está disponible en librerías religiosas y plataformas digitales. Sinopsis de la obra Mirada de mujer es la historia del desconcierto, dolor y esperanza de María, de su percepción sobre la seducción y el seguimiento, de la vergüenza y la culpa de los discípulos ante el estropicio de la pasión, o de la alegría del perdón y el reencuentro con la misericordia de Dios que nos perdona hasta nuestras más bajas traiciones. Todo parte de cómo viviría y cómo nos contaría ella misma su primer encuentro con Jesús Resucitado. Si Jesús se pasó toda la Pascua buscando a sus amigos para restituirlos de sus profundas heridas; si con gran ternura y tesón los buscó porque no soportaba la idea de que ninguno más se le perdiera, ni que andaran por ahí más tiempo desperdigados, siendo así aún más vulnerables; cómo no iba a buscar a María, cuya alma aún estaba atravesada por una espada de dolor. Si Jesús, desde el minuto cero de la Pascua hizo por buscarlos y volverlos a congregar, por hacerlos entender y constituirlos en su Iglesia misionera y expansiva; ¿cómo no iba a contar con María, a la que le había dado el encargo, al pie de la cruz, de cuidar al resto de Iglesia que había permanecido fiel tras el naufragio de la Pasión? ¿Cómo no iba a ocurrir, si incluso en mitad de aquel horror de suplicio, Jesús pensó en su propia Madre y le pidió a Juan que la cuidara? Si hasta en ese momento pensó en ella, ¡cómo no lo iba a hacer después!