NoticiaBlanco sobre Negro Andrés Pérez: «Soy feliz» Andrés Pérez, sacerdote diocesano Publicado: 16/04/2019: 30652 Entrevista al sacerdote diocesano Andrés F. Pérez González, párroco de San Ramón Nonato (Málaga). Nació en Málaga en 1972 y recibió la ordenación sacerdotal en el año 2000. ¿Qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida? Dejarse amar por el Señor y amar como el Señor. ¿A vivir se aprende? ¿Y a ser sacerdote? Por supuesto, la vida es el tiempo que se nos regala para aprender a vivir. Y a ser sacerdote también hay que aprender. Nadie de los que hemos sido ordenados sabíamos ser cura. Hemos ido aprendiendo y seguimos aprendiendo, siendo humildes y dejándonos enseñar por Él y por la gente. ¿Crees que sabes vivir? Aunque me falta, pero creo que voy aprendiendo a vivir. ¿Has sufrido alguna crisis vital? ¿En qué o en quién te apoyaste cuando la sufriste? Mentiría si dijese que no. A veces la vida nos pone ante situaciones y experiencias que zarandea nuestra existencia. ¿Apoyos? Aquello que eres, la gente que me acompaña, mi acompañante espiritual, mi familia, y el encuentro con el Señor. ¿Cuál crees que es tu gran aportación a la Diócesis de Málaga? Soy un granito de arena. ¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrenta nuestra iglesia local hoy? Creo que, como toda la Iglesia, el desafío de dar testimonio de Cristo con valentía fuera de nuestras iglesias, en las periferias, como nos dice el Papa. ¿El peor pecado con el que has tenido que lidiar? Supongo que se refiere a mí. A veces dejarme llevar por el pesimismo por no llegar a ser lo que el Señor quiere de mí; y dejarme llevar por el pesimismo de pensar que el mensaje que ofrecemos al mundo, que es el mejor, a la gente no le interesa. ¿Qué cosas te importan de verdad y qué cosas no te importan nada? Me importa de verdad que haya mucha gente que vive sin un sentido para su vida y se deja arrastrar por vientos que los zarandea sin rumbo. No me importa nada los nuevos opios del pueblo, aquellos que no generan vida, sino que engañan. ¿Quién es Jesucristo para ti? Menuda preguntita, (ríe). Simplemente lo es todo. Aquel que le da sentido a quien soy, a lo que soy, a lo que hago y a lo que vivo. Es mi Salvador. Es el Señor. ¿Quién dice la gente que eres tú? El cura. ¿Te gusta complicarte la vida? Ser cura es complicarse la vida por Dios y por los hombres. ¡Bendita complicación! ¿Cómo te gustaría morir? Pudiendo decir "siervo inútil soy, he hecho lo que tenía que hacer". ¿Qué le dirías a quien se esté planteando si Dios lo llama para ser cura? Que sea lo más consciente posible de lo que Dios pide a uno que cree sentir la llamada de Dios para ser cura. Y que esté dispuesto a ser el cura, no que uno cree, sin el que Dios quiere que sea. Y, por supuesto, que merece la pena serlo. ¿Podemos decir que hemos venido y estamos aquí para ser felices? Si hubiéramos venido para no serlo, esto no tiene sentido. Dios nos ha creado para que amar y ser amados. En dejarnos amar por Él y amar a los demás es el modo de llegar a ser felices. Quizá suene a tópico, pero es así. Difícil, sí, pero apasionante. ¿Qué te preguntas? ¿Por qué no nos damos cuenta de que las cosas han de ser de otro modo? ¿Por qué no descubrimos que es tiempo de volver a Dios? ¿Cómo te ves con el paso del tiempo? ¿Has mejorado como los buenos vinos? La verdad es que cada vez me veo más pequeñito. Ante la grandeza del amor de Dios, uno se ve pequeño y pobre. ¿Qué es lo más complicado que vives como sacerdote? Las propias debilidades. ¿Qué preguntarías a un joven que se plantea su vocación sacerdotal? ¿Por qué crees que Dios te llama por este camino? ¿Dónde encuentras la felicidad? Soy feliz. ¿Rezas para tener éxito? No. Rezo porque mi vida necesita ese espacio de encuentro con el Señor, que es quien sostiene mi vida. ¿Te preocupa cómo vive la gente? ¿Por qué? Me preocupa que la gente no tenga vida o que viva pensando que vive, pero en realidad no es así. ¿Eres un sacerdote dócil? Para según qué cosas. ¿Qué es para ti el tiempo? El gran regalo que Dios nos hace, para que aprendamos a vivir, a ser felices, a amar, a ser amados... ¿De qué te arrepientes o tiene remordimientos? De todo lo que pude haber hecho y no hice, pudiendo haberlo hecho. ¿Cuál consideras la virtud más sobrevalorada? Si es virtud no puede estar nunca sobrevalorada, porque lo necesitamos cada día más para vivir. ¿Cuál es tu viaje favorito? No viajo mucho, pero para mí han sido impresionantes las dos oportunidades que he tenido de ir a Tierra Santa, por algunos momentos vividos que me hicieron decir "esto es de Dios", y que generaron mucha felicidad, no a mí, sino a otros. ¿Pequeños placeres? Aparte de las cosas que uno hace cada día, una buena sesión de música; una buena conversación; una cerveza improvisada con la gente que quieres. Hay quien sugiere que la soledad del cura puede llegar a ser insoportable, ¿has vivido la soledad como un calvario alguna vez? Si es así ¿qué hiciste para abrazarlo? Gracias a Dios no he tenido esa experiencia. Me siento acompañado en cada momento de la vida. ¿Un olor que recuerdes? Hay tantos, que no sabría decir uno concreto. ¿Un perfume que te cautive? El del mar. ¿Tu flor favorita? Nunca me he planteado esto, pero cualquiera que tenga colores vivos. ¿La palabra más hermosa del diccionario? La palabra "amor". ¿El regalo más bello que te ha regalo ser presbítero? Ser presbítero es ya un regalo. Regalo es la Eucaristía; regalo es decirle a alguien "tus pecados son perdonados" y ver la sonrisa en sus caras; ver que alguien que estaba hundido, el Señor lo levanta y le hace salir de sus pozos oscuros; y como éstos, el Señor te regala cada día muchos más. A estas alturas del partido ¿volverías a ser sacerdote? Como dirían los ingleses, "of course". Por supuesto que sí. Chaplin, como casi todos, empezó diciendo que la vida era maravillosa y acabó diciendo que no tenía ninguna gracia. ¿Qué le responderías? Habría que ver qué circunstancias vivía Chaplin para llegar a hacer esa afirmación. Yo sólo puedo decir que, junto a Dios, aunque la vida tenga complicaciones, es siempre maravillosa, porque Dios nos ha creado para tener esta experiencia de gozo y alegría en su amor.