NoticiaTestimonios «Una experiencia tan honda que nadie puede vivirla por ti» Publicado: 27/08/2018: 13741 Isabel Téllez del Río ha participado en los ejercicios espirituales celebrados este mes de agosto en la Casa de Espiritualidad de Trayamar y nos envía el siguiente testimonio: Jamás imaginé todo lo bueno que traería a mi vida los Itinerarios de la Experiencia de Dios que comencé hace años y es que esta me ha sumergido en el gran mundo de los “Ejercicios Espirituales” y de nuevo, este verano me aventuré a realizar una nueva experiencia. Pero ninguna vez es igual, siempre hay una nueva oportunidad, un nuevo aprendizaje, una nueva llamada. Era la primera vez que hacía Ejercicios con un sacerdote diocesano, siempre los había hecho con los Padres Jesuitas y siempre estaré agradecida a Fermín Negre por la aventura espiritual en que nos sumergió en estos días, a través de las propuestas a meditar y las canciones. Supo mostrarnos un Dios en lo débil pero también en lo cotidiano, siendo con nuestras vidas “contemplativos en la acción”. Han sido unos días donde la presencia de Dios ha estado muy presente a través de su lluvia de misericordia, desde un Dios desmemoriado que tiene pasión con sus hijos y que nos ha llamado a ser “amigos fuertes en el Señor” a través del descubrimiento y cultivo del Reino de Dios en nuestras vidas para que “en todo, podamos amor y servir”. La experiencia de silencio en nuestras vidas es necesaria porque te ayuda a retomar tu propia historia de otra forma, es un ser consciente de lo que Dios te va pidiendo en lo cotidiano de nuestras vidas y, a la vez, te ayuda a reforzar esa amistad con quien entregó la Vida por nosotros. Dios habla a través de todo lo que nos rodea y el silencio nos ayuda a adentrarnos en ese lenguaje que Él tiene. La presencia de diferentes personas de distintas edades me ha ayudado a ser consciente de que la amistad con el Padre dura toda la vida y que es necesario ir volviendo “a la fuente del primer Amor” y perseverar en esa amistad que efectivamente dura toda la vida. Animo a todas las personas que no hayan tenido esta experiencia que sean capaces de aventurarse a ella porque es una experiencia tan honda que nadie puede vivirla por ti ni saber las impresiones a través de otro, sino que tiene que ser una experiencia única vivida con Aquel que nos lo ofreció todo y sigue presente.