NoticiaAcogida a refugiados Lucas Sagredo: «Ya hemos recibido a los primeros refugiados» Lucas Sagredo, responsable del dispositivo de acogida temporal para personas refugiadas, en el convento cedido por las Mínimas de Antequera Publicado: 01/06/2016: 10464 Lucas Sagredo es padre de tres hijos, miembro de la Comunidad de Vida Cristiana en Málaga y el responsable del dispositivo de acogida temporal para personas refugiadas, que CEAR estrena estos días, en parte del convento cedido por las Mínimas en Antequera. A este centro han llegado ya los primeros refugiados. ¿Quiénes son los primeros refugiados recibidos? Este jueves, 14 personas refugiadas han llegado al centro especial de acogida del convento de Santa Eufemia a través del CETI de Melilla. Son cuatro familias, tres de origen sirio y una compuesta por dos hermanos palestinos. Han pasado ya la primera noche en el centro, pero no sabemos si permanecerán o seguirán camino hacia otros países, como algunos ya nos han expresado". ¿Qué es lo más importante en estos primeros momentos? Que se sientan cómodos, que conozcan el entorno que los acoge, porque llegan muy desorientados tras el viaje en barco y las semanas viviendo en tiendas de campaña en el CETI de Melilla. Una vez asentados, comienza el proceso burocrático de empadronamiento, matriculación escolar de los niños, tarjetas sanitarias, todo lo que les permite ir haciéndose al entorno, en estos primeros seis meses, y aprender español. Es prioritario establecer una relación de confianza con ellos e informarles de sus derechos, tanto si desean permanecer con nosotros como si prefieren marcharse. ¿En qué consiste su labor como director? Al principio, en organizar la puesta en marcha del centro. Después, en cuidar y gestionar la utilización de las instalaciones en Santa Eufemia, que tan generosamente ha cedido la comunidad de Monjas Mínimas para este cometido humanitario. Coordino al personal técnico y de servicios de la casa, así como a las personas voluntarias que se acerquen a colaborar con CEAR en este proyecto. Es un reto que pone en juego todas las habilidades y capacidades que pueda desarrollar, pero también es un trabajo muy ilusionante. ¿Cuántos refugiados pueden vivir en el convento? Desde el 25 de mayo, estamos a disposición de las personas solicitantes y beneficiarios de protección internacional que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social nos derive. La capacidad máxima es de 38 personas, ya han comenzado a llegar los primeros. ¿Cómo se preparó su acogida? Después de la generosa donación de las Monjas Mínimas y las obras de acondicionamiento llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Antequera, CEAR procedió a amueblar y equipar habitaciones y zonas comunes. También se hizo la selección del personal que iba a trabajar aquí y la difusión del proyecto para que se puedan adherir a él también personas voluntarias. Hemos mantenido reuniones con las entidades que forman parte de la Coordinadora Antequera Solidaria para presentarnos y empezar a generar las sinergias necesarias con quienes ya trabajan en el ámbito social en la ciudad. ¿Cómo se logra un futuro mejor para ellos? Están con nosotros una media de seis meses. Más quienes sigan en situación de vulnerabilidad y menos quienes deseen salir antes por contar ya con cierta autonomía. Nuestro trabajo está encaminado para que, al finalizar ese tiempo, adquieran un conocimiento adecuado de nuestro idioma, de sus derechos y deberes en esta nueva comunidad y sean tan autónomos e independientes como sea posible. Ojalá alcancen una estabilidad emocional después de las duras situaciones que han vivido y estén en disposición de trabajar e integrarse en la sociedad española. La Iglesia de Málaga trabaja intensamente por conseguirlo… Es crucial. Sólo tenemos que considerar el papel de Cáritas en la puesta en marcha de algunos de los nuevos dispositivos para refugiados de Málaga capital, o la cesión de Santa Eufemia por parte de las Monjas Mínimas a CEAR, sin olvidar la sensibilización que llevan a cabo en sus comunidades educativas los centros de titularidad diocesana y los de congregaciones religiosas radicadas en esta diócesis, o iniciativas como los “círculos de silencio” por los refugiados, a las 20.00 horas los segundos miércoles de mes en la Plaza de la Constitución de la capital, organizados por la Delegación de Migraciones.