Noticia «Acto abominable de violencia» Publicado: 02/11/2010: 1091 Benedicto XVI ha calificado el asesinato de más de cincuenta personas el domingo en un templo católico en Irak como un acto de violencia absurda y cruel en un lugar religioso, una casa de amor y reconciliación. Más de 50 personas murieron y varias más resultaron heridas el domingo después de las fuerzas de seguridad lanzaran un operativo para liberar a los rehenes que un grupo extremista afín a la red terrorista Al Qaida había tomado en una iglesia católica en Bagdad. Benedicto XVI calificó lo ocurrido también como un acto "abominable" de violencia, que somete a mayores sufrimientos a los habitantes de la región. El pontífice dedicó sus plegarias a las víctimas de la masacre. "Animo a los sacerdotes y a los fieles a ser fuertes y a no abandonar sus esperanzas", agregó al volver a pedir paz para Oriente Próximo. "Ha sido una mantanza, la iglesia parecía un campo de batalla", ha asegurado monseñor Pius Kasha, quien insiste en que en el templo había menos de 80 personas. Entre los muertos se encuentran dos sacerdotes, otras 25 personas fueron heridas muy graves y sólo entre 10 y 12 resultaron ilesas. El obispo ha calificado el atentado como "una matanza". Según un testigo presencia, un joven de 18 años, "los terroristas entraron en el templo portando armas automáticas y vestidos con uniformes militares". Según el relato del joven, " fueron directos hacia el altar y asesinaron a tiros a los dos sacerdotes que estaban concelebrando la Santa Misa". Recordamos que los terroristas entraron en la Iglesia cuando se estaba celebrando la Misa del domingo. El joven testigo afirma que después de ver como asesinaban a los curas "escuchamos un montón de disparos y a continuación como caían ventanas, puertas y escombros que causaron heridas a muchas personas" "Parecía un campo de batalla" El ataque contra una iglesia católica de Bagdad se producía en la tarde del domingo 31 de octubre cuando cuatro hombres armados, integrantes de Al Qaida irrumpían en el templo durante la celebración de la Santa Misa del domingo. Después de disparar y asesinar a los dos sacerdotes y medio centenar de fieles que asistían al oficio religioso, los terroristas comenzaron a disparar y detonar los cinturones que según testigos presenciales llevaban adosados al cuerpo. No es la primera vez que sucede un hecho de estas características ya que el 1 de agosto de 2004, esta iglesia, junto con otros cinco lugares de culto cristiano, fueron el blanco de ataques que causaron varios muertos y numerosos heridos. Autor: AP/EFE