NoticiaEntrevistas Antonio Elverfeldt: «Aprendo muchísimo con los presos y de los presos» P. Antonio Elverfeldt, delegado de Pastoral Penitenciaria Publicado: 14/12/2015: 20059 El sacerdote trinitario Antonio Elverfeldt fue nombrado hace unos meses delegado de Pastoral Penitenciaria y capellán del Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre. En estos días la Orden Trinitaria está de fiesta, con motivo del día del fundador, San Juan de Mata (17 de diciembre). Nos explica la actualidad el mundo penitenciario en nuestra diócesis. ¿Cómo recibió el nombramiento como delegado de Pastoral Penitenciaria? Para mí es una misión nueva, una responsabilidad que nunca he tenido. Estoy encantado. Hay muchas personas que están entregadas al mundo de las prisiones, la reinserción y la prevención y espero ser un buen servidor de los voluntarios, los presos y sus familias: un medio bueno y positivo para que sea posible la transmisión del Evangelio. En Málaga capital lleva poco tiempo, pero en nuestra diócesis ha estado muchos años. Antequera es como su casa. Así es, porque he estado casi toda mi vida sacerdotal en Antequera, trabajando en la fundación Prolibertas, que es una casa de acogida para presos. Me ordené de sacerdote en Antequera y fue mi primer destino. Por cierto, felicidades por los diez años de sacerdocio, que acaba de cumplir. Muchas gracias. Es un motivo para dar gracias a Dios. ¿Ha cambiado mucho el perfil del preso? Ha cambiado mucho el perfil del preso y pienso que muchos de ellos necesitarían otro medio que los ayudara a la reinserción. En muchas ocasiones, las personas pierden más que ganan en la cárcel, no es un lugar de cambio. La cárcel muchas veces es más un impedimento que constructiva. La cárcel es una realidad muy distinta a lo que nos podamos imaginar, ¿verdad? Es muy distinta a lo que aparece en la series de televisión. Yo aprendo muchísimo con los presos y de los presos. Para mí, la Eucaristía en la prisión es de las celebraciones más bonitas que he vivido. Son Misas con pocas personas, pues hay que celebrarlas por módulos, pero muy participativas. Aunque suene raro, los presos son muy sinceros. Un preso no es diplomático, dice directamente lo que piensan. Están en prisión y no pueden perder nada. Sus reflexiones son duras, pero muy reales y muy en sintonía con el Evangelio. El lema de los trinitarios es la libertad a los cautivos. Lo lleváis a toda vuestra vida y lo tenéis presente en todas vuestras facetas. En principio, liberación necesitamos todos, del más rico al más pobre, del más guapo al más feo. Hay personas que además están extremadamente cautivos. Nosotros vivimos en La Palma- Palmilla, barrios de la periferia. Tenemos una gente impresionante en nuestras parroquias, pero también hay personas que están totalmente fuera de la sociedad, con pocas oportunidades y eso creo que, en nuestro primer mundo que nos llamamos, no debería de existir. Lo que intentamos es ayudar y apoyar a que esas oportunidades sean reales para todos. Pero no somos héroes que cambiamos el mundo, sino que vamos de persona en persona, comenzando por las que están más cerca, como hizo Jesús. Es más, espero que sea Jesús el que actúe, porque nosotros somos muy limitados.