El templo se engalanó para la celebración eucarística, que fue presidida por el párroco Manuel Márquez. En la homilía, el celebrante recordó y agradeció la labor llevada a cabo por sus dos antecesores, José León y Antonio Coronado. También dio las gracias a todos los feligreses que, a lo largo de este medio siglo, han prestado servicio de apostolado en la comunidad parroquia. Algunos de los que vieron nacer la parroquia continúan colaborando con la misma en la actualidad. Tuvo palabras de recuerdo para los que ya no están y para los que no habían podido asistir. Agradeció al Señor por los diez años que él y José Planas (quien no pudo asistir por encontrarse impartiendo ejercicios espirituales) llevan como párrocos en Nuestra Señora del Pilar, y por los ejemplos de compromiso cristiano de los que han sido testigos durante este tiempo de gracia. A continuación, varios fieles expusieron lo que la parroquia les ha aportado en su crecimiento cristiano.

Concluida la celebración eucarística, tuvo lugar, en los salones parroquiales, una comida en la que los propios feligreses compartieron lo que habían llevado de sus casas.

Durante el año que han durado las celebraciones por el cincuentenario de la creación de la parroquia, se han realizado diversas actividades, entre las que destacan una mesa redonda con varios de los primeros feligreses, un concierto musical, una exposición fotográfica y reparto de dípticos en los que se informa sobre la historia de la parroquia y las actividades que ésta lleva a cabo a través de sus grupos de apostolado. Un gran póster, obra de Fano, ha estado colgado en el exterior del centro parroquial durante estos doce meses. En él, la imagen de la Virgen del Pilar corona el edificio parroquial, que abrazan varias personas, con la leyenda “Abrazados al Pilar formamos familia y comunidad”.