En palabras del delegado episcopal de Hermandades y Cofradías Manuel ángel Santiago, "como comunidad cristiana nos preparamos intensamente para celebrar con júbilo la Navidad del Señor, en nuestro caminar María resplandece como la mujer del adviento, la mujer de la esperanza"

En su homilía, Jesús Catalá profundizó en el sentido de la advocación que llama a María "Reina de los Cielos": «No se trata de un título más, ni su corona de reina es un ornamento como otros. La realeza de la Virgen María es una consecuencia de su unión con el Señor; es una consecuencia de su maternidad. La unión entre Madre e Hijo, iniciada en la Encarnación de Jesucristo, ya no puede separarse. La comunión entre ellos se mantiene hasta la eternidad, sin que haya un tiempo de separación. La Virgen María no podía quedarse en la podredumbre del sepulcro; Ella tenía que gozar de la gloria del Señor».

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El tercer domingo de adviento, 16 de diciembre, en la Parroquia de Sta. Ana y S. Joaquín, hermanos de todas las cofradías se reunieron en clima de oración, en un retiro que se celebró desde las 10.30 hasta las 13.30 horas, con la Eucaristía. La meditación estuvo a cargo del Delegado Episcopal D. Manuel Ángel Santiago.