Noticia En manos de Dios Publicado: 27/01/2016: 12538 «Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora» leemos en el evangelio de Mateo. Y en días como los pasados, en los que los terremotos sacuden sueños y edificios, recordamos con fuerza estas palabras. El terremoto nos hizo darnos cuenta de nuestra pequeñez La ciudad de Melilla ha sido una de las más dañadas. Uno de los sacerdotes que la atiende, Rafael López Cordero, pocas horas después, afirmaba que estas situaciones «nos hacen darnos cuenta de nuestra pequeñez y de la necesidad que tenemos unos de otros. Porque enseguida acudimos a lo importante ¿por quién te preocupas? ¿Qué es importante para ti y qué no? Si tuviera necesidad, ¿a quién podría acudir? Estamos en manos de Dios». Y estas palabras profundas y enternecedoras se acompañaron de una actuación muy concreta: las Cáritas parroquiales se ponían a disposición de las necesidades. Ante la magnitud y el escalofrío de acontecimientos inexplicables, ante la fragilidad del ser humano, tendamos puentes de esperanza, colaboración y misericordia. Dios no se revela mediante el poder y la riqueza, sino mediante la debilidad y la pobreza. Y no olvidemos que no sabemos ni el día ni la hora.