No es casual esta fecha, seis meses antes de Navidad, pues en la Anunciación, el arcángel san Gabriel informó a María de que su prima santa Isabel, madre del Bautista, llevaba ese tiempo de embarazo. Es lógico, por tanto, que celebremos con medio año de diferencia el nacimiento de ambos primos, Juan y Jesús.

Su figura es una de las más reconocidas y queridas del cristianismo por su papel de precursor, de anunciador de la noticia más grande que la humanidad jamás haya recibido, un Dios que se hace hombre.

En Málaga, es raro el barrio o pueblo que no celebra su día con alguna fiesta popular, y son numerosas las parroquias que están dedicadas a este santo. Están concretamente en las localidades de Aljaima, Antequera, Coín (junto a San Andrés), Cuevas Bajas y Vélez-Málaga. También la capital cuenta con una céntrica parroquia dedicada al “profeta del altísimo” que, como cantó Simeón en el Benedictus, fue “delante del Señor a preparar sus caminos”.