Noticia MAC. «Me siento afortunado de haber conocido el rostro de Dios y su Iglesia» Paco Gumersindo. miembro del Movimiento de Acción Cristiana (MAC) // E. LLAMAS Publicado: 14/10/2019: 18465 MAC (Movimiento de Acción Cristiana) es un movimiento diocesano fundado en 1971. Nace en el seno de la Iglesia para dedicarse al apostolado explícito y directo de los niños y jóvenes alejados, aquellos que nunca han sido evangelizados y/o no se acercan a nuestras iglesias enclavadas en barrios populares, con especial predilección por los más pobres y necesitados. Aquí tienes el testimonio de Paco Gumersindo en el progrma "Iglesia en Málaga". Actualmente, en la Diócesis de Málaga, tiene centros abiertos varios días a la semana para los niños y jóvenes en las parroquias de Virgen del Camino (barriadas de Dos Hermanas, San Andrés y El Torcal), Santa María Madre de Dios (barriadas de Bonaire, La Luz y Belén) y Nuestra Señora de las Angustias (El Palo). El MAC forma comunidades donde celebrar y vivir la fe, surgidas principalmente de los grupos juveniles que han vivido un proceso de maduración. En la actualidad el MAC cuenta con seis comunidades (La Luz, La Esperanza, La Alegría, San Pedro-San Pablo, La Caridad y El Camino) y un grupo de jóvenes en la del proceso de catequesis para convertirse en comunidad. La patrona del MAC es la Virgen María bajo la Advocación de María Auxiliadora, auxilio de los cristianos. Los santos que por su vivencia y experiencia de Dios inspiran más la espiritualidad del MAC son: san Francisco de Asís, el hermano Carlos de Foucauld y santa Teresita de Lisieux. Para más información, consultar: www.movimientomac.es TESTIMONIO. Paco Gumersindo Mi nombre es Paco Gumersindo y estoy encantado de haber nacido; fue en Málaga, un bonito día del mes de septiembre de 1960, según me cuentan quienes lo vieron. Doce años después, conocí al Movimiento de Acción Cristiana, el MAC, que por entonces se llamaba Cruzados de la Esperanza, fue también en el mes de septiembre, recuerdo que era sábado, creo que el día 16, si no eran las “cuatro de la tarde” tenía que ser una hora muy cercana, lo recuerdo porque a esa hora daba comienzo la jornada de encuentro que tenía lugar los fines de semana en el salón del barrio de Dos Hermanas, en la parroquia, por aquel entonces, Espíritu Santo hoy fusionada con la del barrio de San Andrés, pasándose a llamar Virgen del Camino. En él crecí y maduré como persona, desarrollé mi dimensión social, me sirvió de puente para descubrir el rostro de Dios en la cara de los niños y jóvenes, especialmente los más alejados, con los que reí a carrillo lleno y lloré cuando no se sabe explicar el porqué del sufrimiento. Otras veces acompañaba sin decir nada porque, cuando se habla de experiencia de Dios, casi siempre hay pocas cosas que decir y mucho que sentir. En él aprendí a vivir la fe en un contexto comunitario, con visión de Iglesia necesitada, porque siempre anda falta de manos que la haga presente entre los necesitados, y universal porque el anuncio del mensaje de Cristo es para todos en todo, sin dualismos entre fe y vida. En él conocí a mi compañera de camino, a Vivi, la que ahora es mi esposa, tuvimos un hijo, al que nunca le ocultamos el valor del compromiso, la novedad del Reino y la frescura del Mensaje, que le ayudaron a configurar su carácter y forjar su personalidad. Nos ha hecho abuelos de tres preciosidades, de las que nos sentimos orgullosos, al igual que del resto de toda la familia que formamos esta humilde parcela de la viña del Señor, que es el MAC. Para concluir, compartir que me siento afortunado de haber conocido el rostro de Dios y su Iglesia, de todo lo vivido y compartido en esta vuestra casa que es el Movimiento de Acción Cristiana. ¡Un abrazo grande en el Señor!