El P. Tiburcio Arnáiz sj gozó muy pronto, tras su llegada a Málaga, de fama de santidad. Impulsó la devoción al Sagrado Corazón y dedicó grandes esfuerzos a atender la casa del Niño Jesús, a impulsar la educación en los corralones de la periferia de Málaga y, a partir de 1922, en los pueblos y pedanías más distantes de la capital, obra que fue conocida como "las doctrinas rurales". 

Éste programa, en el que traslada su vida y obra la hermana Inmaculada, misionera de las Doctrinas Rurales, es parte de una serie de programas grabados en Málaga, en la iglesia del Sagrado Corazón donde reposan sus restos. Junto a éste, se han emitido varios programas grabados en las cubiertas de la Catedral de Málaga, en los que hombres y mujeres dan su testimonio de fe. La fuerza, que también en la comunicación social tiene el testimonio, se manifiesta en este pequeño programa, con el convencimiento de que, como afirmaba Pablo VI, "el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos".

El apóstol del corazón de Cristo