En palabras del autor, «grabar en la Catedral ha sido una experiencia muy emotiva. Estar en un lugar tan emblemático para todos los cristianos de la Diócesis y poder grabar un mensaje del Reino para lanzarlo a todos los jóvenes, fue maravilloso. Además, las vistas son espectaculares. Estoy muy agradecido al deán, Antonio Aguilera, que nos facilitó todo lo necesario, y a los responsables de ArsMálaga Palacio Episcopal, Miguel Gamero y Gonzalo Otalecu, que hicieron posible la cesión de las instalaciones para la grabación. Y no me olvido de todos los colaboradores que estuvieron ese día con nosotros, entre ellos el actor Joaquín Núñez».

Muchas son las anécdotas que Unai Quirós podría contar de ese día de grabación, pero destaca «la subida de la batería a las cubiertas de la Catedral por aquellas escaleras, ¡madre mía!».

Una experiencia inolvidable que mereció la pena, pues el objetivo es «estar conectados a la vida real y al wifi de Dios, que nos hace valorar los dones que tenemos y darle sentido a nuestra vida».