El martirio de los Santos Ciriaco y Paula, Patronos de nuestra ciudad de Málaga, es un acontecimiento que siempre merece ser recordado y celebrado, muy especialmente por aquellos que, como malagueños, vivimos nuestra fe cristiana y nuestra pertenencia a la Iglesia Católica.

         En el año 303 de la era cristiana Málaga era una ciudad en la que ya había una fuerte presencia de la Iglesia, bajo la guía del Obispo Patricio. En la terrible persecución decretada por el emperador romano Diocleciano contra los cristianos de esa época, dos jóvenes malagueños, Ciriaco y Paula, entregaron su vida como testigos de la fe.

         Este acontecimiento histórico demuestra la raíz antiquísima y profunda de la fe cristiana en nuestra tierra, muy anterior a la presencia de otras confesiones religiosas y que ha sobrevivido durante diecisiete siglos a grandes y encarnizadas persecuciones, cuya última manifestación tuvo lugar en la década de los años treinta del pasado siglo XX.

         La configuración cristiana de nuestra cultura, innegable incluso para quienes la rechazan, determina un cúmulo de tradiciones seculares, que forman parte de nuestra identidad colectiva, de nuestra forma de ser, más allá incluso de la cuestión estrictamente religiosa. Por ello, el conocimiento y difusión de la tradición histórica de nuestros Santos Patronos es muy valiosa, sobre todo en estos tiempos difíciles para la fe cristiana.

         La Congregaciónde los Santos Patronos, a través de un trabajo callado en armonía y colaboración con el sacerdote responsable de la parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula en Málaga, sede de esta Congregación, nos ofrece este libro, que recoge los testimonios de la historia y la devoción a los Santos Ciriaco y Paula. Agradezco este magnífico trabajo y felicito todos los que han participado en este hermoso y afanoso proyecto.

         Desde que tuve noticia de mi nombramiento como Obispo de Málaga, recabé información sobre los Santos Ciriaco y Paula y pedí con devoción y fe su intercesión. Así lo expresé en mi carta dirigida a todos los diocesanos. Los Santos Patronos han estado presentes desde entonces en mi ministerio episcopal; dos momentos importantes han sido la Toma de posesión, el 13 de diciembre de 2008, en la Catedral malacitana, y la Visita a la Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, el día 10 del pasado enero, cuando celebré la eucaristía ante las imágenes preciosas de los Santos Patronos. Allí quedé gratamente sorprendido por la cordial acogida de la comunidad cristiana y por el sincero afecto de los miembros de la Congregación de los Patronos.

         Nuestra sociedad necesita un claro testimonio de la fe cristiana, a ejemplo de Ciriaco y Paula. Os animo a ser valientes testigos de Jesucristo y a ofrecer a nuestro mundo la luz del Evangelio, para iluminar la realidad humana.

         Vengo a vosotros para acompañaros, como Pastor y Obispo, en el camino de la fe cristiana, de la esperanza y del amor. Os ofrezco el testimonio de los primeros santos mártires de nuestra fe en esta tierra malacitana: los Santos Ciriaco y Paula. Os animo a encontrar de nuevo en ellos nuestras raíces cristianas y nuestra profunda identidad. Os exhorto a contemplar su hermoso ejemplo de vida creyente y su valeroso testimonio supremo de fidelidad al Señor, único salvador de la humanidad, que da sentido a nuestra vida. Y, finalmente, pido la intercesión de nuestros Patronos, para que nos ayuden a dar hoy el testimonio que se nos pide.

† Jesús, Obispo de Málaga