NoticiaEn los Medios 'El sacristán' Rafael J. Pérez Pallarés Publicado: 26/01/2023: 20459 EL AFEIZAR Diego Valencia, casado y padre de familia, ha sido asesinado. Encontró la muerte justo después de participar de la Eucaristía. Murió por defender su iglesia. Por ser cristiano. Algo indudable porque el asesino fue a un templo cristiano a matar; no fue a un gimnasio o un supermercado. Cuánta vida entregada en la labor de los sacristanes de nuestras parroquias. Frecuentemente son las primeras personas que llegan al templo y las últimas que se marchan. En muchos pueblos son los guardianes de las parroquias. Siempre he pensado que se merecen un monumento. Una plaza o una calle. Un reconocimiento. ¿Qué serían de las comunidades parroquiales sin la presencia de esa figura clave? Lo sucedido en Algeciras, con una persona asesinada y varios heridos, podría y puede ocurrir en cualquier otro templo. Ya ha ocurrido en Francia. El sacerdote Jacques Hamel de 85 años fue asesinado durante un atentado. Dos religiosas fueron tomadas como rehenes. Desde hace años estamos en alerta antiterrorista. De hecho, desde el fatídico 11 de marzo, la Policía ha neutralizado a 1.091 yihadistas. Pero no se puede ni se debe bajar nunca la guardia, recordemos que en Málaga recientemente hubo en el barrio de La Cruz Verde una operación antiterrorista. De hecho, por ser cristiano u occidental, estamos en la diana de quienes en nombre de un fundamentalismo religioso patológico se creen con el deber de asesinar y hacer daño. Las religiones son un proyecto de paz. Y es ejemplar la unidad mostrada de las comunidades religiosas ante los acontecimientos de Algeciras. Algo que obedece al perfil mayoritario de los creyentes en el Dios único: Dios de paz que desea una fraternidad universal, recordémoslo siempre, no solo cuando asesinan a un sacristán.