NoticiaEntrevistas María Teresa González: «Cuanto más estudias, más amas al Señor y a su Iglesia» Teresa González Laguna Publicado: 01/07/2020: 29132 Centro Superior de Estudios Teológicos María Teresa González Laguna es profesora de Matemáticas de Secundaria, madre de dos hijos, esposa y estudiante del Centro de Estudios Teológicos San Pablo pertenece a la parroquia de El Salvador y acaba de concluir sus estudios como Bachiller en Ciencias Religiosas con el examen de Síntesis Teológica, a finales del mes de junio. «Hay que dar razón de nuestra esperanza. Tenemos que explicar que la fe es razonable. La teología intenta comprender la fe, y la fe necesita la razón, no sólo a nivel particular como he dicho antes, para entender todo en lo que creemos, sino también para hacer ver a la sociedad que no sólo es que fe y razón son compatibles sino que lo razonable es creer» Profesora, esposa, madre, laica activa en su parroquia... ¿cómo ha compaginado todo con los estudios en Teología? El Señor, que comenzó en mí, hace ya muchos años, un proceso de conversión, que me hizo miembro de su Iglesia por el bautismo, me regaló una familia cristiana y me regaló los sacramentos, a lo largo de mi vida, ha ido continuando este proceso, por diferentes caminos y en los últimos años me invitó a estudiar Ciencias Religiosas. Como hoy, por medio de esta entrevista, seguro que está invitando a muchos lectores. Compaginarlo todo ha sido posible, con mucha ayuda, primero por parte de Dios, pero también por parte de mi marido, de mis hijos, de mis profesores y de mis compañeros. Cuando Dios nos llama por un camino, este o cualquier otro, nunca nos deja solos; siempre ofrece la gracia, nos da fuerzas y nos brinda a otras personas para que nos ayuden. Con lo cual, yo les diría a aquellos que piensan que no tienen tiempo, que no tengan miedo, que lo intenten, porque realmente Dios va poniendo las personas y las circunstancias necesarias para que al final podamos llegar a conocerlo mejor. ¿Qué destacaría de estos años de estudio? Destacaría la enorme riqueza espiritual, intelectual y de crecimiento en la fe: este es el gran tesoro; las respuestas a muchas preguntas que tenía hacía tiempo. ¿Qué cristiano no tiene preguntas?. En esta formación se encuentran muchas respuestas a muchas preguntas, además del conocimiento sobre la Sagrada Escritura, la Iglesia, la figura de Cristo, de María... y muchas más materias. Además, destacaría el valor humano y profesional de los profesores, y la gran familia que formamos los alumnos junto con ellos. Allí convivimos laicos, profesores, seminaristas y religiosos, intercambiamos experiencias y somos una gran familia; allí no hay diferencias y todos caminamos juntos hacia esa meta, que es el Señor; y eso se nota. No son unos estudios como otros, donde lo que importa es el título o las notas, hay un trasfondo invisible que nos une y que crea una fraternidad, que supera cualquier otro tipo de relaciones en otro tipo de organizaciones sociales. ¿Por qué es importante que los laicos nos formemos y tengamos acceso a este tipo de preparación? Pienso que es importantísimo, por varios motivos. Primero, a nivel personal pues, como ya he dicho antes, encuentras respuestas a preguntas y te ayudan a reafirmarte en la fe, en el amor a Cristo y a su Iglesia. Está claro que, cuanto más conoces algo, más te gusta, y en este caso, no sólo es que más te guste, sino que más amas al Señor, a su Iglesia y a los hermanos. Todo el poso de fe, espiritualidad y fraternidad empieza a tomar forma. A nivel comunitario es muy importante. Una buena formación, como la que se recibe en el Centro de Estudios Teológicos San Pablo, que es excelente, te ayuda a aportar más a la familia, a la parroquia, movimiento, cofradía o comunidad cristiana y por supuesto, a la Iglesia. Y a nivel social. En esta sociedad, a la que se le tambalean los cimientos, donde no hay valores absolutos, donde a Dios lo hemos dejado apartado, donde parece que la fe es incompatible con la ciencia y con la intelectualidad, hay que hacer lo que recomienda san Pedro en su primera carta, capítulo 3, versículo 15: "hay que dar razón de nuestra esperanza". Tenemos que explicar que la fe es razonable. La teología intenta comprender la fe, y la fe necesita la razón, no sólo a nivel particular como he dicho antes, para entender todo en lo que creemos, sino también para hacer ver a la sociedad que no sólo es que fe y razón son compatibles sino que lo razonable es creer, y no sólo lo razonable, sino lo natural, lo lógico es creer. El ateísmo es antihumano; lo lógico y lo natural en la persona es creer y buscar a Dios. ¿Cómo animarías a nuestros lectores a que comiencen esta aventura de la formación en Teología? Animo a todos los lectores a que, cuando empiece en septiembre el plazo de matrícula, se pasen por el Centro y pidan información porque hay muchas modalidades: ciencias religiosas, teología, se puede asistir como oyente….Y a las personas que haya por allí, que seguro que encuentran a muchas, renovando su matrícula y preparando el siguiente curso… les pregunten por su experiencia. No hay límite de edad, no tienen que haber cursado antes otros estudios, no son unos estudios para los que ya tienen estudios, ni para los que buscan una salida profesional, está abierto a todos; incluso para quienes, tal vez, sólo quieran intentar entender a personas de tu entorno que sí creen, pues para ellos también está abierto. Animo a todos a que acepten esta invitación que el Señor les hace. Yo siempre digo, que el Señor es el que toma la iniciativa; y si hoy alguien me está leyeno, en este momento, no es por casualidad, sino que Dios le está invitando a iniciar un camino, una preparación, a iniciar una experiencia vital y de fe muy enriquecedora. En este mundo, necesitamos certezas, valores, objetivos, enfocar nuestra vida a metas seguras. Ya estamos hartos de mentiras, de que nos digan que la felicidad está en el poseer, en el placer, en la belleza, en el poder, aquí, allí o más allá. Estos estudios son una manera fabulosa de avanzar hacia una meta que no defrauda. ¡Ánimo a todos!, de verdad espero que os animéis. Para mí ha sido un tesoro: fue el Señor quien me invitó, con una serie de acontecimientos y personas que puso en mi vida; y yo, sólo puedo dar gracias a Dios y al Sr. Obispo por habernos dado esta posibilidad de formación a los laicos de la Diócesis, a mis profesores, compañeros y, por supuesto, también a mi familia, que ha hecho posible que yo haya podido dedicar tiempo a mi formación, que al final enriquece a todos: a mí, a mi familia, a la Iglesia y a la sociedad entera. Un saludo y espero veros por el Centro el próximo curso.