NoticiaCoronavirus FASE 1 «Hemos aumentado el número de misas del domingo» Javier Guerrero, párroco de Santa María del Mar en Torremolinos Publicado: 08/05/2020: 17489 Javier Guerrero Javier Guerrero es el párroco de Santa María del Mar (Playamar, Torremolinos) y consiliario de la Delegación de Pastoral Familiar. Nos cuenta cómo se prepara su parroquia de costa para las fases de la desescalada. «Lo haremos de la mejor manera que sepamos y podamos, queriendo celebrar la fe en comunidad y acoger a todos aquellos que se acerquen con todo el cariño del mundo» Comienza la desescalada y en las fases 1 y 2 hay directrices concretas para la celebración del culto público en los templos católicos. ¿Cómo se adapta una parroquia costera a estas nuevas normas? ¿Cómo limitar el aforo sin ofender a quien se acerca a celebrar su fe? Cuando se nos informó de las fases de desescalada, lo primero que hicimos fue convocar el Consejo Pastoral Parroquial virtualmente y, desde la normativa de la Conferencia Episcopal Española y de la Diócesis de Málaga, intentamos adaptarlo todo a nuestra situación y a nuestro templo concretos. En nuestro caso, el templo de Santa María del Mar es un templo amplio, en el que cabrán, en esta primera fase, unas 130 personas. Desde ahí nos hemos puesto en marcha. Hemos organizado un grupo de voluntarios para que se encargue, en todas las celebraciones, de la higiene y desinfección, de la acogida, de la liturgia, teniendo en cuenta todas las precauciones y manteniendo todas las normas de seguridad. Vamos a comenzar con algo desconocido, pero lo afrontamos con toda la ilusión y el buen deseo de que todo salga bien. Hay mucha gente que está deseando poder celebrar ya la Eucaristía y poder comulgar al Señor. Lo haremos de la mejor manera que sepamos y podamos, queriendo celebrar la fe en comunidad y acoger a todos aquellos que se acerquen con todo el cariño del mundo. Intentaremos que todos se sientan satisfechos, pero igual llega un momento en que el aforo impide que puedan entrar más personas, para lo que intentaremos dar otras opciones. Para empezar, los domingos hemos añadido una Misa más e iremos viendo, dependiendo de las circunstancias, lo que se puede hacer. Y también seguimos informando a la gente de que siguen dispensados del precepto dominical. El horario de Misa en la parroquia será ahora a las 11.00, 12.00 y 18.30 horas y a las 9.00 celebraré con la comunidad de las Hijas de Caridad. Sabemos que este verano será distinto, no será un verano con tanta afluencia de turistas, debido a las circunstancias, y también intentaremos adaptarnos a esa situación y a las necesidades de la gente. La Iglesia no ha cerrado sus puertas, se ha adaptado al confinamiento con mil iniciativas, ¿cuáles son las que habéis puesto en marcha desde vuestra parroquia durante este confinamiento? Cuando todo esto comenzó allá por mediados de marzo, no teníamos un plan, ni nosotros ni nadie, para afrontar esta época, este confinamiento. Todo ha ido surgiendo poco a poco, ante la inventiva de unos y las necesidades de otros. Aquí hemos ido organizando celebraciones online, como muchas otras parroquias, y hemos utilizado mucho las plataformas de videollamadas para continuar con las reuniones de matrimonios. Incluso el Jueves Santo celebramos una Hora Santa a través de una plataforma. Hemos mantenido el contacto, gracias a los grupos de WhatsApp. Cada domingo, los grupos de catequesis han preparado un vídeo: mayores, jóvenes y adolescentes, sobre la Palabra de Dios de ese domingo; y los niños sobre algún tema de actualidad, dando ánimos y alegría a todos. Ha sido el tiempo de la pastoral del teléfono, por la cantidad de llamadas que hemos hecho, especialmente para hablar con las personas que estaban solas. Y cada día he celebrado la Eucaristía con las intenciones que me iban enviando. Todos los días han sido muchas las intenciones. Hemos mantenido abierta nuestra Cáritas parroquias abierta todos los miércoles, aunue la atención del sacerdote ha sido diaria. Y, desde el principio, también cada día, enviaba unos audios sobre la lectura del Evangelio del día. A todas las iniciativas hay que unir la mucha oración de mucha gente de nuestra parroquia y la mucha necesidad de volvernos a encontrar y de pedir unos por otros. Este tiempo, ¿nos habrá ayudado a madurar y crecer en la fe? Espero que hayamos crecido y madurado en la fe. Hace unos días me llamó una señora, a la que yo no conocía, y me dijo que nunca había rezado tanto como en este tiempo. El pensar que algo tan pequeño ha sido capaz de arrinconarnos en nuestras casas, de hacernos pasar miedo, de descubrir que todos los planes, agendas y planificaciones de nuestra vida se han venido abajo… creo que nos ayuda a mirar hacia dentro, hacer una lectura creyente de la realidad, dar la vuelta a los valores, pensar un poco más en nosotros mismos y en la situación de la historia y de la vida. Creo y espero que nos haya ayudado a acercarnos más a Dios y a sentirnos pequeños en manos de Alguien que es Buen Pastor que nos guía y nos quiere llevar a buenos pastos. Ojalá que todos hayamos crecido y madurado y que nos haga ser mejores personas y mejores cristianos. Sus mensajes diarios de audio a las familias han dado la vuelta a la diócesis y han acompañado a muchas personas en los momentos más duros de este tiempo. ¿Cómo fue que comenzaste con ellos? La verdad es que todo esto me ha sorprendido. Es una muestra de la fortaleza de Dios. Lo de enviar mensajes de audio comenzó como algo muy sencillo y pequeño, el mismo día que nos dijeron que nos teníamos que confinar. Un matrimonio me pidió que enviase de vez en cuando un mensaje para que no nos olvidásemos de la voz y de que estábamos todos juntos, aunque fuese en la distancia. Y así comencé, enviando un audio diario desde la Palabra. Después le fui añadiendo alguna parábola, cuento o mensaje. Y lo que comenzó como un gesto pequeño para los grupos de WhatsApp de la parroquia, ha llegado a muchísimas gente por los reenvíos. Mucha gente me ha contestado dando las gracias y diciendo que le ha ayudado a vivir este tiempo también desde la interioridad… pues me alegro un montón, pues Dios hace grandes cosas a través de pequeños detalles y ojalá que esto haya servido a mucha gente para pensar un poquito en Dios y querer un poquito más a los demás.