Tríptico de la Misericordia

El capítulo 15 del Evangelio según San Lucas es una de las páginas más sublimes de toda la Biblia. Nos presenta un maravilloso tríptico que nos revela la lógica de amor y gratuidad de Dios, tan distinta de la lógica del mérito y el intercambio a la que estamos acostumbrados. Jesús describe situaciones familiares para sus oyentes: un pastor que cuida sus ovejas, una mujer que se ocupa de su casa, una familia cuyos miembros pasan por desavenencias y crisis. Pero el protagonista de cada una de estas historias tiene un comportamiento extraño, que raya en la locura: un pastor abandona su rebaño para salir a buscar una sola oveja que se ha perdido; una mujer hace fiesta por encontrar una moneda; un padre pierde la compostura corriendo a besar a su hijo que viene de derrochar su fortuna y organiza un banquete.

La clave de esta locura nos abre la puerta del corazón de Dios: su compasión y el valor incalculable de cada criatura a sus ojos. Estas historias las pone Jesús delante de nosotros como un espejo donde reconocer nuestras propias actitudes. En ese espejo se ven reflejados los dos grupos de personas que rodean en la escena a Jesús: gente de mala fama, por la que no merecería la pena preocuparse (“publicanos y pecadores”) y personas que gozan de prestigio social y moral (“fariseos y escribas”). Estos desprecian a aquellos y rechazan a Jesús, pues “acoge a los pecadores y come con ellos”. ¿Nos atrevemos a entrar en la locura de amor gratuito y compasivo de Dios? Lo necesitamos. El mundo entero necesita verlo en los discípulos de Jesús.