María, Victoria de Dios

Curiosa la forma que tiene el evangelista de iniciar el relato de su evangelio: “Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán”.

Históricamente no era momento de ponerse a hacer un tratado ‘De Trinitate’, o del “Deus Absconditus” ni creo fuera de interés para sus lectores.

El evangelista prefiere hablar del origen de Jesucristo inserto en una historia concreta (Historia de Salvación) y con nombres concretos. Tantos y tan diversos... Y, al final del listado, aparece Aquella de quien podemos aprender tanto: María, la doncella de Nazaret. También ella acepta aparecer en el seno de la historia, posiblemente porque su búsqueda de Dios ha estado ahí, precisamente ahí, en los avatares de cada día, en lo cotidiano, en el sí fiel a las pequeñas cosas que vienen de Dios. Cada día.

Podemos aprender tanto de esa hermosa lección que María, la Virgen Madre de Dios nos da… En nuestra Málaga de cada día, en nuestra Melilla de cada día, en nuestro Caicara de cada día se nos hace una invitación constante para vivir la Victoria de la fe al estilo de María: insertos en la historia. Cogidos con fuerza sí, a la Tradición y a la fe de la Iglesia, pero insertos en nuestro hoy que nos regala Dios.

Entonces fue: “Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta”. Hoy tiene que seguir siendo así.

Que Santa María de la Victoria siga sosteniéndonos. Feliz celebración.