NoticiaInfancia Infancia misionera Luis Jiménez, Delegado Diocesano de Misiones Publicado: 23/01/2015: 16661 El próximo 25 de enero se celebra la Jornada de Infancia Misionera, una institución de la Iglesia universal que promueve la ayuda recíproca entre los niños del mundo. Gracias a la generosidad de los niños españoles, Obras Misionales Pontificias (OMP) envió el año pasado más de dos millones de euros para financiar proyectos de formación y desarrollo integral de la infancia en el mundo. Con este dinero se ayudó a 218.975 niños de 40 países, con proyectos de salud, educación y evangelización. Los niños ayudan a los niños. Esa es la idea fuerza que ha movido a Infancia Misionera desde su creación en el siglo XIX. En esta iniciativa, los más pequeños son absolutos protagonistas: son los agentes de solidaridad y los beneficiarios de las ayudas. Infancia Misionera educa a los niños en la vida misionera y les da una visión universalista de la humanidad. En total, los niños del mundo aportaron 15,6 millones de euros al Fondo Universal de Solidaridad de Infancia Misionera. De esta “hucha común” se financiaron 2.868 proyectos educativos, pastorales y de salud. La Obra Pontificia de Infancia Misionera nació en Francia en 1843, por iniciativa del obispo francés monseñor Forbin- Janson, que invitó a los niños de su diócesis a colaborar con los niños de China. En 1922, el papa Pío XI asumió esta iniciativa como suya, y dio a esta Obra el carácter de “Pontificia”. La Obra Pontificia de Infancia Misionera se instauró en España en 1852, con el apoyo de la Reina Isabel II. La primera niña registrada fue su hija mayor, la Princesa de Asturias. Es pionera en la defensa de la infancia. Se adelantó 80 años a la Primera Declaración de los Derechos del Niño -la Declaración de Ginebra- y más de 100 años al nacimiento del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Desde Málaga, año tras año, nuestros niños colaboran en proyectos que financia la infancia misionera ayudando a los niños y niñas que más sufren, a los más olvidados y marginados. El año pasado nuestra diócesis aportó 66.535 euros. Desde aquí queremos felicitar a tantos niños malagueños que a través de sus colegios, sus parroquias y sus grupos, manifiestan su espíritu misionero y solidario con los demás niños del mundo. Este año, queriendo hacer realidad el lema: “Yo soy uno de ellos”. La misionariedad de nuestra diócesis de Málaga se expresa de una forma especial a través de los pequeños, de su entusiasmo y de la generosidad que expresan con sus huchas, que no dudan en romper para compartir con los niños pobres del mundo. Los gestos de muchos de nuestros niños ayudan también a los padres. Un padre me dijo que su hijo le abrió el corazón hablándole de los niños pobres del mundo y le preguntó: «Papá, ¿por qué nosotros tenemos tantas cosas y los niños de África tan pocas?» Muchas veces, nosotros los adultos tendríamos que preguntarnos si no sería necesario que fuésemos un poco más austeros para que tantos miles de niños pudieran vivir con un poquito de más dignidad. Que el Día de la Infancia Misionera abra nuestros corazones y nos haga ser mejores cristianos a todos.