NoticiaEntrevistas Danilo Cantillo: «La misión es algo más que colectas, es el día a día» Danilo Cantillo Publicado: 14/03/2019: 22970 Desde el 15 de febrero es el nuevo delegado de Misiones. Danilo Cantillo, Misionero de la Consolata (Cartagena de Indias –Colombia–, 1962), llega a Málaga tras 10 años en uno de los barrios más pobres de Elche y otros 10 en Venezuela, un país que le ha dejado profunda huella y cuya situación actual lo emociona hasta las lágrimas «Hace mucha falta que el clero sea muy cercano a la gente. Hay que patearse el barrio». Cuéntenos algo de su vida. ¿Quién es Danilo Cantillo? Soy colombiano y, a los 22 años, tras acabar mis estudios de administrativo, empecé a trabajar en un centro médico privado. Veía que la gente venía y no tenía cómo pagar. Me interesé por las necesidades de la gente. Estando allí hice un curso de enfermería cuyo periodo de prácticas me sirvió también para humanizarme. Vivía tranquilo, acomodado, hasta que conocí a una ex religiosa alemana que me llevó a conocer a los Misioneros de la Consolata. Yo iba a Misa de vez en cuando, pero nada más. Me empecé a relacionar con ellos y al tiempo dejé mi trabajo e ingresé en la congregación. Estudié la Filosofía en Bogotá, luego un año de noviciado y me destinaron a Inglaterra, donde estudié otros 4 años. Además de estudiar, servía en diversas iniciativas de ayuda a personas sin hogar. Ya ordenado, me mandaron a Venezuela donde viví 10 años muy intensos en la zona más pobre, pero fueron 10 años formidables. Después me enviaron a Elche, a la parroquia Madre de Dios, en la zona de Carrus, otros 10 años, y desde allí a Málaga. Y al llegar, el Obispo le encarga ser el nuevo delegado de Misiones. ¿Cómo se lo tomó? Bastante bien, porque para mí es una oportunidad para renovarme en mi propia espiritualidad misionera. Para trabajar aquí tengo que empezar con paso suave, conociendo la idiosincrasia del pueblo malagueño. Primero conocer, ver, juzgar y luego actuar. ¿Cómo se plantea su trabajo en Málaga? Me gusta mucho buscar dónde hay necesidad. Ya he caminado por toda la zona donde está mi casa, en la Iglesia de Cristo Rey, toda la parte de atrás que es la Palmilla. Hay que conocer. Si no te metes no vas a conocer. Creo que hace mucha falta que el clero sea muy cercano a la gente, que no seamos distantes porque la gente suele mirarnos como funcionarios si solo vamos al horario parroquial, al horario de despacho... Hay que patearse el barrio. ¿Como entiende la animación misionera hoy? Como Misionero de la Consolata soy muy mariano. Siempre me ha llamado la atención esa mujer, María, que primero dice sí sin saber lo que se le viene encima, pero que después sale presurosa, no para llevarse ella, sino con la disposición de ayudar. Me corresponde salir para ver qué se puede hacer y cómo hacerlo. A veces, entendemos la misión como una serie de colectas ¿Cómo evitar quedarnos en lo económico? Fue mi gran batalla en la parroquia donde participé anteriormente. Para romper el esquema de lo solo económico, es necesario que las personas sientan el compromiso de que ser misionero es un trabajo diario. Desde el bautismo, todos somos misioneros. Lo monetario es importante, claro que sí, pero sobre todo está el recurso humano. Ese es el que hay que recaudar hoy con mayor énfasis.