NoticiaEn los Medios Acogida de ucranianos en Málaga Publicado: 07/03/2022: 12808 Guerra La guerra es aliada del diablo. Y viceversa. El diablo es aliado de la guerra. Esa alianza bien podría dinamitarse si el ser humano no se sumase a tamaño despropósito: destruir vida y futuro. Indigna la tibia respuesta que está dando, en el caso de Ucrania, algún líder cristiano como el patriarca Kirill, actual cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa; bien podría disuadir al presidente ruso para que se esté quietecito. Igual ya lo está haciendo, lo desconozco, porque la guerra engendra muerte. Y destrucción. Y, mientras unos se encargan de destruir, otros se empeñan en alcanzar la concordia o en acoger a refugiados. Mi más sincera enhorabuena a la Diputación de Málaga, por la rapidísima respuesta a la hora de pretender acoger, a través del consulado de Ucrania, en La Térmica y La Noria, a los refugiados de guerra que están llegando a Málaga, tercera ciudad española en población procedente de Ucrania. Y bien por el Gobierno español que, a través de los cauces de los corredores humanitarios, ofrecerá, previsiblemente, permiso de residencia y trabajo, a través de una directiva de protección temporal internacional. Y, mientras dure el conflicto, Cáritas España prepara atención a refugiados con cupos de acogida en nuestras diócesis. En fin, todo un despliegue personal e institucional, para aliviar el sufrimiento del pueblo de Ucrania que transita, en esta Cuaresma, un desgarrador y sangriento Vía Crucis; especialmente niños y niñas, enfermos y ancianos. Pero también familias, establecidas en Málaga, que viven con desesperación la evolución de un conflicto bélico que busca una anexión de consecuencias imprevisibles. Es la hora de una respuesta eficaz, pero recordemos que esta respuesta será sólida y consolidada en el tiempo si todas las partes se nutren de las hondas raíces cristianas de Europa; raíces que remiten a la unión, paz y concordia.