Noticia Trabajo digno, sociedad decente, Día de la HOAC Celebración del Día de la HOAC en años anteriores Publicado: 28/05/2016: 7076 El 29 de mayo es el Día de la HOAC. Con este motivo, a las 11.30 horas, en la parroquia María Madre de Dios, en Málaga, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) celebra el envío por la Iglesia, al mundo obrero y a reforzar su presencia evangelizadora en los ambientes de trabajo. El presidente de la HOAC Málaga, José Luis Fernández Orta, nos lo explica. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios para dominar, cuidar y administrar los bienes que nos han sido dados (Gn 1-2). Creados por el amor de Dios; llamados a vivir desde el Amor, para el amor. Por el trabajo, que encuentra sentido en el amor, colaboramos con Dios en su creación y conseguimos el sustento; es un camino que nos perfecciona (PP 27) al contribuir a la construcción de la sociedad (LE 1) y al progreso de ciencias y técnicas. Un trabajo digno es aquel que es asumido por la persona como modo de colaborar en la creación y dar gloria a Dios; vivido como entrega en la construcción de una sociedad justa; asumido como don que nos hace crecer y nos permite donarnos. Por el trabajo conseguimos lo necesario para desarrollarnos y accedemos a la propiedad de los bienes. Para la Iglesia, la propiedad de esos bienes es un derecho natural (CA 31), subordinada al destino universal de los bienes (LE 14); el trabajo ha de colaborar para que todos tengamos lo necesario para vivir con dignidad. Al celebrar el 125 aniversario de la encíclica Rerun Novarum, debemos seguir proclamando que, en muchas ocasiones, por las condiciones en la que se ha estructurado el empleo, se degradan profundamente la vocación y el sentido que el ser humano tiene como criatura de Dios, al someter la persona al capital convirtiéndola en un instrumento más del sistema de producción y consumo. Ello provoca: que el trabajo se vea sujeto a las leyes de los mercados proliferando empleos eventuales; reducción de servicios básicos; ruptura y fragmentación de familias; extensión de situaciones de empobrecimiento y exclusión social; y una cultura de individualismo y materialismo. Para que el empleo dignifique a la persona debería: respetar su vocación, creatividad, formación, descanso, conciencia y espiritualidad; proporcionar los recursos necesarios; no someterlo al capital, proporcionando un salario adecuado a trabajadores y familias; ayudar a vivir la dimensión familiar; respetar la naturaleza (LS 54); y construir verdaderos lazos de comunión. La HOAC está llamada por la Iglesia a hacer visible ese amor de Dios en medio del mundo, recuperar la dignidad olvidada en las relaciones laborales, denunciar las injusticias, evangelizar el mundo obrero, llevando el rostro vivo de Cristo a los obreros de hoy, anunciando con nuestras vidas que la comunión con el hombre es posible y que ésta necesita de la comunión con Dios; llevar esas situaciones a la Iglesia, y anticipar ya, aquí y ahora, el Reino de Dios.