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«Trabajar con niños con menos posibilidades me hace sentir mi profesión de otra manera»

Publicado: 24/01/2014: 8612

Rocío Rico (Málaga, 1976) conoció a la ONG Entreculturas hace dos años y «me enamoré de ella» afirma. Es profesora de Matemáticas y buscaba «hacer algo que estuviera relacionado con la educación y que me hiciera salir de mí misma para darme a los demás».

Una amiga suya le propuso que la acompañara a una reunión de Entreculturas, ONG jesuita, y eso hizo. «Entré en la reunión, me gustó lo que me contaron ese día y lo que vi. Me invitaron a otra reunión en Madrid, en la que participaban miembros de las 28 delegaciones de Entreculturas. Conocí a la gente y me enamoré de la ONG y de los jesuitas, de su forma de trabajar». Hasta tal punto llegó su enamoramiento que el verano pasado estuvo colaborando durante cinco semanas en el programa Experiencia Sur, con el Servicio Jesuita al Migrante en Chile, «todo lo que hacen me emociona y apasiona, desde hace dos años», asegura.

Arica es una ciudad fronteriza entre Perú, Bolivia y Chile, «allí hay un SJM, Servicio Jesuita al Migrante, que se encarga de servir, acompañar y velar por los derechos de las personas», explica Rocío, «mi experiencia consistió en visitar a las inmigrantes en la cárcel todas las semanas, servir a las familias en el comedor de la parroquia, y ayudar con los deberes a los niños. También impartí talleres sobre inmigración en dos colegios para sensibilizar a los menores sobre el tema y a los mayores en la parroquia. Además compartí mi tiempo tres días a la semana con los toxicómanos que estaban en un centro de rehabilitación de la compañía, y visité a inmigrantes en hospedajes para saber cómo estaban». Una experiencia intensa que ha marcado su vida y le hace hablar con verdadero amor de todo lo que se organiza desde Entreculturas. De ahí la pasión con la que está presentando a los medios de comunicación y a la ciudad de Málaga, en general, la carrera por la educación en el Congo, que tendrá lugar el próximo 2 de febrero.

La experiencia en Chile también removió su vida de fe: «fue mucho lo que aprendí y compartí con los jesuitas chilenos de Arica. Era un lujo poder asistir a cualquiera de sus Eucaristías».

Rocío, como profesora, siente la responsabilidad de hacer entender a los niños y jóvenes de aquí que tienen una gran tesoro y una gran oportunidad al poder acceder a una educación de calidad que les ayude a formarse como buenas personas. En este sentido, «trabajar con niños con menos posibilidades me está haciendo sentir mi profesión de otra manera. Quería vivir de cerca para poder contar a los demás y es lo que estoy haciendo».

Autor: Encarni LLamas @enllamasfortes

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