Liturgia propia de D. Marcelo Spínola Publicado: 13/04/2012: 1643 Del común de pastores OFICIO DE LECTURA Segunda lectura De las pláticas dirigidas a las Religiosas “Esclavas del Divino Corazón” por su Fundador el Beato Marcelo Spínola, obispo. (Plát. T. III, Sevilla 1912, pp. 23-24; 46-47) El amor de Cristo, urgencia apostólica Voy a hablaros de la vida, y a mostraros al Corazón de Jesús como fuente y centro de la verdadera vida; vida que en el individuo es la santidad, para el prójimo la caridad y para Dios la gloria. Para estudiar la vida desde su origen, debemos estudiarla en el Corazón de Jesús, manantial de la vida: de una vida de felicidad, de paz, de esperanza para la humanidad. ¿Y qué es lo que encontramos en el Corazón de Jesús? Una sola cosa: amos, mucho amor; amor por un lado, amor por otro, amor por todas partes... Verdad que hay obras, verdad que hay merecimientos, verdad que hay muchas cosas, pero todas esas cosas, no son sino distintas formas que el amor ha producido. El amor no puede estar ocioso, lo ha dicho Santa Teresa, porque el amor es como un volcán abierto, de donde continuamente sale una lava que produce, no la muerte, sino la vida, el movimiento, la acción; por eso los santos han trabajado siempre, por eso el Apóstol San Pablo se multiplicaba y no descansaba nunca. «La caridad de Cristo, decía, nos apremia y no nos permite tomar descanso alguno», y por eso el Apóstol se lanza de un confín a otro confín de la tierra, y de Oriente pasa a Occidente, recorriendo grandes comarcas, trepando montañas, hundiéndose en los valles, atravesando mares, y no encontrando en todas partes sino trabajos y fatigas; pero la caridad de Cristo apremia al Apóstol, es como un aguijón que no le permite estar ocioso. Por eso todos los que llenos estaban de la caridad de Cristo, del amor del Corazón de Jesús, han trabajado siempre, siempre. Pero esa vida que del Corazón de Jesús procede, esa vida que es la caridad, la llevamos nosotros, dice San Pablo, en vasos frágiles. ¿Cómo podemos nosotros conservarla y aumentarla? Esa vida se conserva por la oración, porque la oración es pan y alimento de nuestra alma; y se conserva también y se aumenta por los Sacramentos. RESPONSORIO 1 Ts 2,8; Ga 4, 19 R./ Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas. * Porque os habíais ganado nuestro amor. V./ Hijos míos, otra vez me causáis dolores de parto, hasta que Cristo tome forma en vosotros. * Porque os habíais ganado. ORACIÓN Oh Dios, lleno de bondad, que en Marcelo Spínola, Obispo, has dado a tu Iglesia un pastor admirable por su humildad y celo apostólico, concédenos que imitándole con empeño, aprendamos a encontrar en el Corazón de Cristo, tu Hijo, un amor tan ardiente que nos impulse a entregarnos constantemente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo... Autor: diocesismalaga.es