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¿Por qué y para qué están los misioneros aquí en España?

Publicado: 17/11/2011: 1288

Es la pregunta que se nos hace frecuentemente a los misioneros: ¿qué hacéis aquí en España siendo misioneros Ad gentes?  Es una verdad como un templo, pues la teología de la misión parte de Abrahán: “sal de tu tierra” y del mandato de Jesús: “Id por todo el mundo” y por eso, la característica principal del misionero es salir a predicar la Buena Noticia a los pueblos que aún no la conocen.   Pero a esta pregunta es más difícil responder cuando partimos de la raíz del envío. El misionero es un cristiano que, enviado por su comunidad, que ha madurado en la fe, que ha llegado a un desarrollo considerable de sus agentes de pastoral, que ha alcanzado sus objetivos cristianos de servicio y testimonio. Entonces, cuando miramos a esta nuestra comunidad cristiana, no damos cuenta de que a lo largo del tiempo han ocurrido transformaciones que ya no la hacen protagonista ni ejemplar por la madurez de su fe  y sobre todo apreciamos una pérdida del empuje y la fuerza misionera, llegando a convertirse de comunidad evangelizadora en comunidad en proceso de reevangelización.

Por eso, ante la pregunta: ¿por qué estamos los misioneros  aquí en España? yo creo que tenemos que responder porque España es también país de misión, No sólo en sentido geográfico, sino sobre todo como ámbito y espacio donde los misioneros tenemos el deber de responder desde nuestra vocación al seguimiento de Jesús.  El anuncio a una sociedad en proceso de descristianización (pseudopaganismo), ayudando a iniciar y apoyar procesos de catecumenado de adultos con vivacidad y mucha creatividad teniendo en cuenta los signos de nuestro tiempo. Dando testimonio y anunciando explícitamente a Jesucristo y su Evangelio, con la convicción de que es el camino para la construcción de una sociedad más justa, sin violencias y como camino para la paz y la fraternidad.

Los misioneros hoy aquí en España tenemos el deber de responder a las “pobrezas urbanas” opción preferencial por los pobres, estándoles cerca y prestándoles nuestra voz allí donde haga falta, colaborando con los organismos ya existentes, eclesiales y ONGs.  Tenemos el deber de responder con nuestra presencia a las minorías étnicas, en el caso de aquí de España a la gran masa de inmigrantes que tienen el peligro que recluirse en ghetos y nosotros podemos ayudarles a abrirse a la interculturalidad.   Los misioneros aquí en España podemos y debemos colaborar en el diálogo interreligioso impulsándolo y ayudando desde nuestra experiencia misionera en una actividad que considero plenamente misionera aquí en España donde cada dia están creciendo más otras religiones y debemos ayudar al diálogo, al respeto mutuo, a la sana colaboración sin afán de proselitismos.

Los misioneros debemos favorecer y colaborar en la apertura y colaboración ecuménica en nuestras Iglesias y comunidades cristianas, en las parroquias donde estamos ubicados. Ofreciendo nuestra experiencia misionera. Aquí es donde creo yo que está hoy nuestro reto y el sentido de nuestra presencia en España: en ofrecer nuestra experiencia misionera para ayudar a la Iglesia local a abrirse  a la universalidad. Esta es nuestra animación misionera: sensibilizar a nuestras parroquias, nuestras diócesis, sobre los problemas del mundo más olvidado, sirviendo de puente y de empuje en los temas tan importantes como “justicia y paz” y colaborando con las comisiones y secretariados existentes.   “Servir de puente” entre las Iglesias Europeas y las Iglesias de misión, ayudando a los proyectos que se piden y prestándoles nuestra voz para que sean oídas  sus necesidades, y sobre todo sirviendo de filtros con nuestra experiencia y conocimiento de la realidad misionera para que no se cometan atrocidades.

Los misioneros aquí en España, creo que podemos hacer una gran labor sin grandes pretensiones, al contrario, en el silencio, en la humildad, sin hacer ruido, pero con convicción y la fuerza de nuestra fe y nuestra esperanza.  La razón de ser de la Iglesia es la evangelización, nos dijo Pablo VI y nosotros los misioneros tenemos el deber de ampliar no sólo la misión en sentido geográfico, sino sobre todo ser creativos en concebir la misión en sus nuevos ámbitos en los que nuestro anuncio y nuestros testimonio, pueden ayudar al crecimiento del Reino anunciado por Jesús. Porque  hemos experimentado su fuerza transformadora. Y como para ello hacen falta brazos, nuestra presencia aquí en España tiene como principal objetivo hacer una llamada a los jóvenes para que se apunten a la más maravillosa de las aventuras: la vocación misionera.
Los misioneros aquí en España, tenemos aún sentido si anunciamos con valentía y esperanza, que vale la pena ser cristianos y entregarse por completo a la obra comenzada por Jesús de Nazaret.

Luis Jiménez, delegado diocesano de misiones

Autor: diocesismalaga.es

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