NoticiaDiáconos Antonio Rubio, de las vías del tren, a las vías del servicio Antonio y Pepi en el Seminario Diocesano // E. LLAMAS Publicado: 10/10/2022: 10421 Antonio Rubio Núñez está casado con Pepi Sepúlveda Baeza, tienen dos hijos (José Antonio y Alejandro) y tres nietos. Ferroviario de profesión, el próximo sábado 22 de octubre, a las 11.00 horas, recibirá la ordenación, como diácono permanente, de manos del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, en la Catedral de Málaga. TESTIMONIOS. Antonio Rubio, diácono permanente Uno de los requisitos para esta ordenación es el consentimiento de la esposa y Pepi tiene claro su sí: «es el momento de compartirlo con Dios como Él lo compartió conmigo hace ya unos años (hasta me emociono al decirlo); además, sinceramente, me hace mucha ilusión que, si el Señor me llama antes que a él, se comprometa totalmente con Dios y no con otra mujer (se ríe)». Antonio explica que lleva toda la vida buscando a Dios «porque no me daba cuenta de que lo tenía conmigo y que era Él quien me estaba buscando a mí. Él me ha regalado todo lo que soy y lo que tengo: mi familia, mis hijos… hasta mi trabajo, pues me ha facilitado poder estudiar seis años de Ciencias Religiosas por las tardes, por mi horario. Y con todos estos regalos, el Señor iba por delante, facilitándome el camino. En mi búsqueda yo veía que el Señor me pedía algo más y esto es lo que me pide: que ponga mi vida al servicio de la Iglesia y, como mi familia me acompaña, ¿qué más puedo pedir?». Antonio y Pepi tienen dos hijos: José Antonio, que es Policía Nacional, y Alejandro, que tiene tres hijos. «Son dos niños muy buenos y estamos muy orgulloso de ellos. Y nuestros nietos son maravillosos y preciosos», afirman Antonio y Pepi. Los nietos son aún pequeños pero ya van teniendo clara la vocación de su abuelo. Cuenta Pepi que «estábamos jugando un día en los jardines de la Victoria y el abuelo se escondía detrás de unos arbustos para que lo encontraran. Uno de nuestros nietos, siendo aún muy pequeñito, desesperado buscando al abuelo, me dice: “abuela, el abuelo ha tenido que esconderse en la iglesia que es donde le gusta estar, vamos a buscarlo allí”.